Historia del miedo

La luna tenía algo que decir a la tierra, y envió a un escarabajo.

El escarabajo llevaba ya algunos millones de años de camino, cuando en el cielo se cruzó con una liebre.

A este paso, nunca llegarás —advirtió la liebre, y se ofreció a llevarle el mensaje.

El escarabajo le pasó la misión: había que decir a las mujeres y a los hombres que la vida renace, como renace la luna.

Y la liebre se lanzó a toda carrera hacia la tierra.

A la velocidad del rayo aterrizó en la selva del sur de África, donde en aquellos tiempos vivía la gente, y sin tomar aliento les trasmitió las palabras de la luna. La fiebre, que siempre se va sin haber llegado, habló en su atropellado estilo. Y las mujeres y los hombres entendieron que les decía:

—La luna renace, pero ustedes no.

Desde entonces, tenemos miedo de morir, que es el papá de todos los miedos.