Según el evangelio de san Mateo, Jesús tuvo cuarenta y seis antepasados: cuarenta y un hombres y cinco mujeres.
Una de las cinco mujeres, María, concibió sin pecado, como bien se sabe. Pero las otras que figuran en el abolengo son:
Tamar, que para tener un hijo con el suegro se disfrazó de prostituta;
Rahab, que ejercía ese oficio en la ciudad de Jericó;
Betsabé, que estaba casada con otro cuando engendró a Salomón en el lecho del rey David;
y Rut, que no pertenecía a la raza elegida y fue por eso indigna de la fe del pueblo de Israel.
Tres pecadoras y una despreciada: malditas en la tierra habían sido las abuelas del hijo del Cielo.