El pasado como hazaña de los machos: no hay mujeres en la historia oficial de las islas Canarias.
¿Ninguna? Hay una.
Hace siglos, antes de que España conquistara las islas, ella llegó a las costas de Tenerife.
Llegó flotando sobre las aguas, dormida en la espuma, y fue recogida por los pescadores. Cuando le hablaron, no contestó. Los pescadores la llevaron al rey de la isla. Ante el monarca, siguió muda. Y cuando los príncipes pelearon por ella, y disputando sus favores se mataron entre sí, ella asistió al espectáculo sin mover una ceja.
La única mujer de la historia de las islas todavía está allí. Se llama María, y le dicen Candelaria, por las candelas que la iluminan. Es virgen y es de madera. Los hombres la adoran de rodillas.