Los escultores

El cerro Piltriquitrón tiene la cabeza en las nubes. Hasta hace poco, la cabeza era bosque quemado, Ahora, es bosque tallado,

Uno de los incendios que se han hecho habituales en la Patagonia había atacado el cerro. Y entonces los artistas escultores, venidos de aquí y de allá, subieron hasta esa cumbre y se pusieron a trabajar los troncos que el fuego había volteado o mutilado.

Los árboles, ¿estaban muertos, o se hacían los muertos? Durante una semana, día tras día, los escultores hicieron su tarea. Y por gracia y magia de sus manos, ese cementerio se ha convertido en teatro.

La función comienza cuando usted llega. Un tronco gigantesco es ahora un arlequín, despatarrado, con un solo sombrero y dos cabezas. El arlequín da la bienvenida. Y los visitantes entran y pasean, de árbol en árbol, a lo largo de los cuerpos de madera que se alzan desde las ruinas y entre las ruinas juegan.