25

Hasta el final de su vida Sabina seguirá recibiéndolas de ese triste corresponsal rural. Muchas de ellas quedarán sin leer, porque el país del que provienen le interesa cada vez menos.

El anciano murió y Sabina se fue a vivir a California. Aún más al oeste, aún más lejos de Bohemia.

Vende bien sus cuadros y le gusta Norteamérica. Pero sólo la superficie. Lo que está debajo es un mundo extraño. No tiene allí abajo ni a un abuelo ni a un tío. Tiene miedo de ser encerrada en un féretro y sepultada en tierra americana.

Por eso un día escribió un testamento en el que estableció que su cuerpo debía ser quemado y las cenizas esparcidas. Teresa y Tomás murieron bajo el signo del peso. Ella quiere morir bajo el signo de la levedad. Será más leve que el aire. Según Parménides ésta es una transformación de lo negativo en positivo.