Allá en los lindes confusos,

detrás de pasados tiempos,

tres torres se levantaron

con mucho vuelo y asiento.

Eran de piedra canteada;

se alzaron como tres sueños…

¡Quién las pudiera volver

al lugar donde estuvieron!

Hualilán tuvo la gloria

de ser comarca elegida;

Hualilán con sus tres torres

¡postrer refugio de un Inca!

El alma y entendimiento

se nos vaya a su recuerdo.

Era señor de estos campos

en tiempos que más se fueron.

Un cariño en sus mil días

lo hizo cruzar sierra y llano;

con Sur cambió unas palabras

y con Norte poco hablaron.

Leguas y leguas y leguas

para los pies más cansados,

y esas leguas se vencieron

¡caminando y caminando!…

—Amigo Jote —imploró—,

por aire me ha de llevar…

—Volando lo llevaré

por ser un mozo Incarreal.

Tres campanas se gloriaron

en honor del Incarreal.

Alcen su canto campanas,

¡que el Inca se va a casar!…

(Tonada de los jotes cantores en recordación del Inca de Hualilán y de un antepasado que tanto hizo en bien de esta empresa).