La novedad pajarera
tendió su vuelo en palabras:
—Mis ojos, profundos pozos;
mis espolones, espadas…
¡Y qué luego que arribaron
a mocitos los dos niños!
Y fue salir a los campos
con caballo y perro amigos.
Sus andanzas por los llanos,
sus pasos por alta sierra,
fueran de cantarse siempre
en festejo de esta guerra.
Alto y bajo; blanco y negro;
cerca y lejos, son figuras
que a fuerza de manejarlas
se avecinan en las dudas…
—¿Cuál es la sola palabra
que retrata las verdades?
—Cuál ha de ser, niña mía:
Amor, la de hondos caudales.
—Odio es palabra en que asienta
el poder de la alta fuerza.
—Vivamos entre las sombras
del Odio v Amor a medias…
(Tonada que compuso un arribano en recordación de esta fiera empresa).