El puerto del perfume no es una novela histórica y, sin embargo, como toda narración, tiene un contexto histórico que la envuelve y es parte de su esencia. Este relato recorre los cinco años de la vida de un personaje ficticio, Salomé Evans, en el Hong Kong de la década de los cincuenta del siglo XIX, una etapa que no solo representa la creación de una de las colonias más importantes para el Imperio británico, sino que también supone el desarrollo de una de las ciudades más cosmopolitas y vibrantes de la época actual.
Así pues, el contexto elegido para esta aventura es circunstancial sin dejar de ser fascinante; el período de entreguerras, con las famosas Guerras del Opio.
La Primera Guerra del Opio tuvo lugar entre 1839 y 1842. En China, el opio se utilizaba por razones medicinales desde hacía siglos. Sin embargo, desde el siglo XV, se introdujo el consumo de la droga de forma recreativa, mezclada con tabaco. Las consecuencias de esta práctica fueron tan devastadoras que en 1729 su consumo y venta fue prohibido por el emperador Yongzheng (1678-1735).
En el siglo XIX, el comercio de Gran Bretaña con China había ido creciendo, hasta que la fuerte demanda de productos chinos tales como el té y la porcelana llevó a los británicos a un gran déficit comercial debido a un desmesurado gasto de plata. Por esta razón, el Imperio británico, a través de la British East India Company, también conocida como The Company («la Compañía»), y, después de la apropiación de la colonia de Bengala —rica en el cultivo de amapolas—, comenzó a vender a China grandes cantidades de opio de forma ilegal. Esto redujo el déficit, pero en 1829, dado los estragos que el gran número de adictos al opio estaba causando en el país, el emperador Daoguang (1782-1850) reiteró la ya existente prohibición y declaró la guerra contra la droga. Además, el Imperio de los Qing llevaba décadas intentando mantener los límites del comercio de China con el mundo exterior. Por esa razón, un extranjero no podría moverse libremente por el país a no ser que tuviera un permiso especial de las autoridades.
En consecuencia, las tensiones culturales, comerciales y territoriales llevaron a que todos los cargamentos de opio fueran confiscados por las autoridades chinas. Los británicos iniciaron una guerra que acabó a su favor —gracias a su superioridad armamentística— con el Tratado de Nankín (1842), que forzó a los chinos a abrir cuatro puertos al comercio, así como a ceder la isla de Hong Kong, donde se estableció la polis de Victoria, que evolucionó hasta lo que ahora conocemos como el Hong Kong Centro.
En 1856, la administración Qing intentaba no aplicar todas las estipulaciones del Tratado de Nankín cuando le era posible y los británicos —junto con otras potencias occidentales— estaban deseosos de abrir aún más el comercio y legalizar la venta del opio. Las autoridades chinas tomaron un velero llamado Arrow, que, aunque era un navío pirata de tripulación china, navegaba bajo la bandera británica. El cónsul británico exigió que se liberara a la tripulación y demandó una disculpa, pero esta nunca llegó y, como respuesta, los británicos, junto con tropas francesas, atacaron Cantón. Una serie de tensiones llevaron a la entrada de tropas británicas y aliadas en Pekín y al saqueo del viejo Palacio de Verano. Los chinos, debilitados por la Rebelión Taiping (1851-1864), no pudieron vencer a sus oponentes. Este hecho llevó a la rendición de la población china, cuyas autoridades accedieron a una serie de nuevas condiciones, entre las cuales estaba la apertura de diez nuevos puertos al comercio con potencias coloniales inglesas, así como la entrada de diplomáticos extranjeros en Pekín, y Kowloon pasaría a ser de dominio británico. El comercio del opio sería entonces regulado por las autoridades chinas.
Este contexto de intrigas y tensiones en el escenario de la ciudad de Victoria, la isla de Hong Kong y la costa de Cantón, ofrece el trasfondo perfecto para el recorrido vital de nuestra protagonista. Por esta razón, muchos hechos históricos han sido cambiados o transformados en pro de la ambientación psicológica, espacial y emocional del relato.
Uno de los aspectos más claros de este hecho es la ruta del Lady Mary Wood, barco perteneciente a la legendaria y aún existente P&O (The Peninsular and Oriental Steam Navigation Company). En la novela, el Lady Mary Wood lleva a Sally y a Theodore de Londres a Hong Kong en 1851, pero la fecha no es exacta. El Lady Mary Wood inició su ruta en 1842, saliendo de Southampton —los barcos de ruta peninsular de P&O empezaron a hacer sus salidas regularmente desde este puerto, y no desde el de Londres—, con paradas en Gibraltar, Cádiz, Oporto, Lisboa y Vigo, y de nuevo Southampton. Una travesía en este barco iniciada el 26 de julio de 1844 ha sido descrita por el autor William Makepeace Thackeray en su manuscrito Notes of a Journey from Cornhill to Grand Cairo. Esta forma de viajar en barco se considera el inicio de los cruceros modernos. El 27 de noviembre de 1844 salió de Southampton y se dirigió a Calcuta pasando por el cabo de Buena Esperanza. De acuerdo con la información ofrecida por Beth Ellis (curator, digital collections & web editor de P&O Heritage) este fue el primer barco de la compañía P&O que llegó a Hong Kong, concretamente el 13 de agosto de 1845.
En la época en la que Sally viaja a Hong Kong, hubieran tomado un barco hasta Alejandría, se hubieran dirigido por tierra hasta Suez, para luego iniciar la ruta con un nuevo barco, el Lady Mary Wood por ejemplo, que los hubiera llevado por los puertos de Calcuta, Singapur y Penang, hasta llegar a Hong Kong. Sin embargo, para este libro se ha establecido como único trayecto ficticio este recorrido inspirado en el viaje inaugural a Asia del Lady Mary Wood siete años antes, para favorecer el crecimiento personal de la protagonista. Aunque el trayecto hasta Asia ha sido adaptado a las necesidades de la historia, la descripción de sus paradas en puertos asiáticos, así como las fechas, están basadas en una carta del 27 de enero de 1845 dirigida a Messieurs P. de Zulueta & Co., Cádiz. El nombre del barco tiene un significado especial que se ha decidido dejar velado y que está intrínsecamente tejido a la evolución de Sally. Además, era importante que el barco, como un personaje más en el viaje, fuera compañero de la iniciación y novedad que supone este viaje a Oriente. Espero que el lector sepa disculpar esta adaptación y disfrute los pasajes en los que se describe este especial trayecto en el Lady Mary Wood.
Los esbozos que Theodore está llevando a cabo durante el viaje para una exposición de dioramas están inspirados en el diorama llamado Overland Route of the Mail from Southampton to Calcutta, exhibido en la Gallery of Illustrations de la calle Regent de Londres. Tanto para admirar esto como para aprender más sobre los barcos que surcaban los mares en la época en general y el Lady Mary Wood en particular, les recomiendo que visiten la página web del P&O Heritage Collection. Una interesante y valiosísima fuente de recursos (http://www.poheritage.com/).
Si bien todos los protagonistas de El puerto del perfume son completamente ficticios, muchos de los personajes secundarios están inspirados en personajes que existieron en el momento en el que se sitúa la novela. Esto es más un homenaje a los hombres y mujeres pioneros que crearon y desarrollaron la colonia, que un retrato fidedigno. Estos personajes están creados para la historia y en ningún momento muestran opiniones o actitudes reales. Todos los diálogos, descripciones físicas y acciones son de mi invención, solo algunas situaciones y acontecimientos ligados a ellos han sido vagamente basados en hechos que sucedieron. Por ejemplo, ciertos aspectos que han inspirado la creación del gobernador William Bowen están basados en la vida de John Bowring, que fue gobernador de la colonia desde 1854 a 1859. Turner está creado tomando como referencia al periodista William Tarrant, propietario del periódico Friend of China y que fue encarcelado en 1859. En el libro, la mujer y la hija de William Turner son personajes totalmente ficticios. Otras anécdotas secundarias explicadas en el libro se basan en hechos reales, como por ejemplo las vicisitudes de Charlotte King y su marido. No obstante, el personaje del capitán Wright es totalmente ficticio y cualquier parentesco con los King es, por tanto, inexistente. Los robos explicados por los Dunn en el capítulo seis de la primera parte están basados en sucesos reales recogidos en cartas, artículos y libros.
Ni Mister Abbott ni ninguno de los miembros de la familia o su círculo social están basados en personajes reales e históricos, aunque sí que es cierto que en el Hong Kong de aquellos días hubo numerosos casos de corrupción junto a varios escándalos. El personaje de Henrietta Elliott no está basado en la misionera americana Henrietta Shuck, aunque la lectura de sus memorias para documentar esta novela hizo que la elección del nombre de la amiga de Sally no fuera casual.
Otro hecho real es la gran abundancia de mujeres llamadas Mary Ann, registradas de una forma u otra en los anales de las primeras décadas de la colonia británica.
También me gustaría señalar que me he tomado la libertad de incluir al célebre ingeniero británico, Isambard Kingdom Brunel, en el relato. Como bristoliana de adopción, me pareció importante incluir a este genio de la ingeniería. Por supuesto, su amistad con Theodore Evans o su pertenencia a un círculo social germen de un club secreto es completamente inventada.
La calle Aberdeen en Hong Kong existe actualmente y ya estaba construida en 1851. Sin embargo, la finca de Aberdeen Hill —como el Lady Mary Wood— es inventada. Nunca existió una casa de esas características o con este nombre. Los interiores, sin embargo, están basados en descripciones reales de casas en el Hong Kong de la época.
El cantonés utilizado en esta novela es un cantonés moderno y se ha usado el sistema de romanización jyutping. La canción que Mistress Kwong recita al principio del capítulo cinco de la tercera parte es una traducción libre de la Canción II, titulada «Choosing a True Heart», de la edición de Oxford de 1992 Cantonese Love Songs: An English Translation of Jiu Ji-yung’s Cantonese Songs of the Early 19th Century, de Jiu Ji-Yung, a cargo de Ziyong Zhao.
En consecuencia, el Hong Kong —junto a sus circunstancias históricas— narrado en este libro es un espacio que mezcla realidad y ficción y que solo pretende transportar al lector al mundo privado de una chica que transforma su identidad y su vida a través de una serie de emocionantes circunstancias. Si quieren consultar algunas de las evidencias visuales y materiales usadas para la creación de esta novela, pueden consultar mi página de Pinterest: elizabethmingw. Les invito a entrar y a formar parte de ese mundo. Espero que lo disfruten.