Este libro va dedicado a los hombres de mi vida.

Mi marido, Peter, que me da fuerzas y siempre está a mi lado, y mis hijos, Damien y Mark, lo mejor que me ha pasado en la vida.

Mi hermano Peter Haran, también escritor, que un día me propuso como quien no quiere la cosa que escribiera un libro.

Me gustaría darle las gracias de forma especial a Michael Meller, que supo reconocer el potencial de mi primer manuscrito y puso en marcha mi carrera.