Sacerdotes vascos y otros reclusos posan en la prisión especial de Carmona (Sevilla) en enero de 1940. En el centro, junto al director de la prisión, un demacrado Julián Besteiro posa por última vez antes de morir. La foto fue publicada en París, en el diario Euzko Deia, bajo el títular «¡Besteiro n’est pas mort!». AGA, 41/119523