Damos a continuación la lista de las especies vegetales y animales de las que provenían los preparados de base que utilizábamos, así como las que entraban en la composición compleja de los productos que fabricábamos en la provincia del Languedoc y de la región de Grasse. Sin embargo, el límite entre las atribuciones de los boticarios y de los perfumistas todavía no estaba marcado con nitidez. Por eso también mencionamos los componentes de preparados como el agua de arcabuzazo, agua vulneraria o agua de melisa, así como de ciertos vinagres con virtudes antisépticas. Estas diferentes especies entran en la elaboración de aguas simples o compuestas, según las miras particulares de cada artista.
El incienso u olíbano proviene de Arabia. Es una sustancia resinosa de un amarillo pálido y transparente. Sus lágrimas son semejantes a la almáciga, pero más gruesas. El incienso es seco y duro, de gusto un poco amargo, moderadamente acre y resinoso, no desagradable y con olor penetrante. Las gotas de incienso son transparentes, oblongas y redondeadas. Se parecen a testículos o mamas, de ahí provienen los nombres de incienso macho y hembra. Este perfume se emplea para expandir un olor agradable en los templos de casi todas las religiones. El incienso de la India o de Moca llega a Europa en los navíos de la Compañía de Indias. Se lo trae en masa y, a veces, en pequeñas lágrimas.
La mirra es una goma resina odorífera, que llega de la India en lágrimas o trozos de color amarillo o rojo, un poco transparente. Tiene gusto amargo, un poco acre y aromático que causa náuseas. Exhala un olor bastante desagradable cuando se la machaca o se la quema. Debe ser desmenuzable y grasa. Los trozos muy transparentes que no son amargos en el interior, sólo son goma arábiga. También deben rechazarse los amarronados, viscosos y de olor desagradable.
El benjuí es una resina dura, frágil, seca e inflamable. Su olor es suave y penetrante cuando se la quema, y desprende aroma a vainilla. Chorrea de la incisión de un gran árbol llamado belzof, que crece en las islas de Sumatra, Java o en el reino de Siam. Si se la separa en el momento adecuado, esta resina es hermosa y brillante, pero se vuelve marrón y se mezcla con basuras si permanece mucho tiempo en el árbol. El benjuí se sublima en flores plateadas, cuando se lo pone sobre el fuego en una cucúrbita rodeada de arena y tapada por un cornete de papel. Estas flores se emplean en los perfumes. La resina natural, disuelta en espíritu de vino, da una tintura cuyas gotas vuelven turbia y lechosa el agua en la que se las echa. Es lo se llama leche virginal. Las damas la usan como un cosmético.
El estoraque o storax calamita es una resina que surge de las incisiones que se hacen en el tronco y en las ramas de un árbol conocido con el nombre de alibousier, una especie de membrillero que crece en los bosques de Provenza, Siria y Cilicia, y cuyas flores son parecidas a las del naranjo. La resina del estoraque calamita es brillante, grisácea, bastante sólida, con un gusto un poco acre pero agradable y un olor a bálsamo del Perú muy penetrante y suave. Se la llama calamita porque en otra época se la traía de Panfilia a Marsella envuelta en cañas (kalam en árabe). También existe el estoraque de América que es un bálsamo procedente, con o sin incisión, de la corteza de un árbol de Luisiana que se cree que es el plátano de Virginia. Este jugo resinoso tiene la consistencia de un barniz graso, amarillo rojizo, gusto acre aromático y olor parecido al del estoraque o al ámbar gris.
El ládano es una sustancia resinosa, que se recoge de la jara, pequeño arbusto que crece en Chipre, Candia, Grecia e Italia. Los perfumistas preparan un aceite oloroso que entra en la composición de las pastillas.
El gálbano es una sustancia grasa, dúctil como la cera, semitransparente y brillante. La planta de gálbano, que Dioscórides llama metopion, crece en Arabia, Siria, Persia y en varios países de África, sobre todo en Mauritania.
El bálsamo de La Meca es una resina líquida de color blanco amarillento, de gusto acre y aromático, y olor penetrante que se asemeja al del limón. Se saca por incisión de un arbusto, llamado bálsamo verdadero, que crece de manera natural en la Arabia Feliz, Judea y Egipto. Esta especie es muy rara entre nosotros. Las damas que emplean este bálsamo como cosmético hacen con él leche virginal y una pomada a la sultana que son muy estimadas para el embellecimiento de la piel.
El almizcle llega de las Indias orientales y principalmente de Tonkin. El animal que lo proporciona es una especie de gacela o más bien de cabritilla. Lo lleva en una pequeña bolsa cerca del ombligo. El almizcle más puro y el más apreciado por los chinos es el que el animal deja sobre las piedras o los troncos de los árboles contra los que se frota. Esta droga puede ser falsificada. La que no tiene envoltorio debe ser seca, de un olor muy fuerte, color tostado y gusto amargo. Puesta al fuego debe consumirse por entero. El envoltorio que contiene el almizcle debe estar cubierto de pelo marrón; es la piel del animal. Si el pelo es blanco, indica que es almizcle de Bengala, inferior en calidad al de Tonkin.
El licor oloroso que llamamos algalia se encuentra en un bolsillo o bolsa colocado debajo del ano del animal del mismo nombre, que es originario de África y se llama castor en Guinea. Este licor es un humor con la consistencia de una pomada o de la miel y de color blanco. Al envejecer se amarillea y oscurece. Su olor, aunque fuerte, no es desagradable y es más suave que el del almizcle.
El ámbar gris se encuentra a orillas del mar, en trozos más o menos grandes. Es una sustancia liviana, opaca, grasa, de color ceniciento, salpicada de pequeñas manchas blancas, odorífera, pero cuyo olor se desarrolla mucho más cuando se la mezcla con una pequeña cantidad de otros aromas. El ámbar gris exhala un olor terroso, pero, empleado en las mezclas, da una «finura etérea a los perfumes».
El buen ámbar gris arde y se quema, y se reduce a una resina líquida de color dorado. Los perfumistas lo usan mucho. Se lo hace más agradable al olfato si se lo mezcla con una pequeña cantidad de almizcle, algalia o azúcar. El ámbar amarillo, sustancia bituminosa y dura, de sabor un poco acre, se recoge en el mar Báltico, en las costas de Prusia.
El ambrette es un grano con olor a almizcle. Tiene el tamaño de un grano de mijo y se encuentra en el fruto de una planta muy común en el país de Galam, las Antillas, Arabia y Egipto.
El costus oloroso es una raíz exótica que se saca de un arbusto semejante al saúco que crece en la Arabia Feliz, Malabar, Brasil y Surinam. Se la corta en trozos oblongos del tamaño del pulgar. Tiene un ligero olor a violeta. Los antiguos la usaban para hacer aromas y perfumes, y la quemaban en los altares como el incienso.
El cálamo o caña aromática entra en la composición de algunos perfumes; proviene de Egipto o de las Indias. Es el tallo de una planta hueca como un caramillo, del tamaño de una pluma mediana, llena de una sustancia fungosa o blanda, de gusto acre y bastante buen olor.
Los otros perfumes se sacan de las flores o de las maderas. Las flores son típicas de la zona que va desde el litoral mediterráneo hasta la altura de Grasse. Esta es su nomenclatura.
El aloe es el tronco de un árbol que crece en Cochinchina. Se distinguen tres especies. La primera es el calambac de los indios, o tambac: es resinosa y cede de alguna manera bajo los dientes como la cera. Se funde con las brasas como la resina y despide un olor de los más suaves: esta madera es buscada en China y el Japón, donde se vende a precio de oro. Los chinos la queman en sus templos: cuando reciben a una persona con magnificencia y quieren hacer festines suntuosos ponen estos leños en cazoletas. El olor agradable impregna los apartamentos. Esta madera es tan preciosa y tan buscada en ese país que casi no llega hasta aquí. La segunda es la única que se encuentra en las tiendas. Llega de ese país en trozos de diferente tamaño, pesados, rojo amarronado, recorridos por líneas resinosas y negruzcas, llenas de pequeños agujeros, en los que hay una resina rojiza y olorosa: esta madera puesta sobre brasas despide un olor bastante agradable. La tercera especie de madera de aloe es la madera de águila y llega de México.
El been es el fruto de un árbol que crece en Egipto. Se saca por prensado un aceite que es muy bueno para corregir las imperfecciones de la piel. Es muy buscado por los perfumistas. Es excelente para conservar el aroma de las flores, sin alterarlo, ya que no tiene olor, y casi nunca se vuelve rancio. Se ponen las flores en capas en un tamiz de crin y, sobre esas flores, algodón embebido en aceite de been. El aceite absorbe el espíritu rector de las flores, es decir, el elemento en que consiste el aroma. Se vuelve a poner el mismo algodón sobre flores nuevas. Luego se exprime el aceite del algodón, y adquiere el olor del aceite esencial de las flores.
El sándalo es muy apreciado por los orientales; su aserrín entraba en la composición del incienso y su esencia era la base de todos sus perfumes. El más buscado era el sándalo citrino «de olor suave, pero un poco repugnante para el gusto europeo; su principal mérito es su gran tenacidad».
El palisandro de América del Sur, la madera de Rodas de Oriente, el sasafrás de América del Norte tienen un olor fresco adecuado para los jabones.
La bergamota es una especie de naranja. Su cáscara se usa para hacer cajas de bombones. Se obtiene de ella un aceite esencial y un espíritu ardiente especialmente penetrante. En la familia de los cítricos, también valoro la naranja dulce, la naranja amarga, el limón, la cidra y la lima. La esencia de cidra se extrae de los frutos de la citrus medica y se utiliza mucho en las aguas de colonia. La lima es una esencia que se obtiene a partir del fruto de la citrus aurantifolia según los procedimientos de prensado en frío o de destilación al vapor de agua. Las plantaciones se encuentran en Provenza y en Italia.
El naranjo amargo o bigaradio es una mina de oro para sus productores porque todas las partes del árbol dan su perfume. Este árbol, originario de la India, cubre todas las colinas de Grasse y alrededores. Sus flores dan agua destilada o agua de azahar, esencia de nerolí, aceite o pomada. La hoja proporciona la esencia de naranjo agrio. Los frutos dan esencia de bigaradio, que sirve para la fabricación del agua de Colonia. Del fruto del naranjo dulce se obtiene esencia o esencia de Portugal. El florecimiento empieza hacia mediados de abril, en mayo y dura hasta junio.
Los árabes en 1629 llevaron a Europa el jazmín, una de las estrellas de la producción de Grasse. El jasminum grandiflorum, para desarrollarse en esa región, exigía un tratamiento muy especial. Se obtenía injertando un gajo que daba flores desde el primer año. Estas matas tienen de tres a cuatro pies de altura y exigen ser plantadas en las alunas aéreas, pero al abrigo del viento. La floración se extiende de julio a octubre. Las flores se abren a las seis de la tarde y deben recogerse enseguida, en jornadas cortas o al día siguiente a la mañana, después de que desaparezca el rocío. Una sola noche de helada puede arruinar todo.
Este trabajo delicado de cultivo y recolección se convirtió en una especialidad de Grasse y el jazmín de esa ciudad es uno de los mejores debido a la habilidad de la mano de obra. El olor de las flores de jazmín es tan delicioso que se ha tratado de transportarlo en varios fluidos. Sus flores no proporcionan agua de olor para la destilación. La esencia de jazmín que llega de Italia no es más que aceite de been aromatizado con flores de jazmín. Para lograrlo se embebe algodón con aceite de been y se dispone este algodón en capas entremezcladas con flores de jazmín. El algodón se impregna de su olor. Luego se exprime el aceite que es muy aromático y conserva bastante tiempo este olor, siempre que los frascos estén bien tapados. Para que el espíritu de vino tenga este olor a jazmín, que no se logra mediante la destilación, sólo hay que verter aceite de espíritu de vino sobre el aceite de been aromatizado y agitar esta mezcla. El aroma del jazmín abandona totalmente el aceite graso y pasa al espíritu de vino; pero éste deja escapar este olor con gran facilidad.
El junquillo suelta un olor muy agradable, pero que no gusta a todo el mundo.
Se usa mucho el iris para dar olor a violeta a los perfumes. Esta flor se cultiva en toda Europa, pero la mejor es la de Florencia, en Toscana. Seca, tiene un marcado olor a violeta, que pierde al contacto con el alcohol que disuelve la parte resinosa. El tratamiento apropiado de los rizomas de lirio proporciona productos de gran fineza que se utilizan en numerosas composiciones florales.
Con la rosa, el rizoma de lirio es una de las más antiguas materias primas con olor floral. Sirve a toda esa perfumería llamada «a la violeta» por la que la sociedad enloquecía.
Otras raíces que usa el perfumista: la angélica, cuya raíz da una excelente infusión. El vetiver o raíz de an atherum muriaticum es originario de las Indias.
La lavanda. Las flores de lavanda se destilan con vino blanco, aguardiente o espíritu de vino. El perfumista usa este último cuando quiere hacer espíritu de lavanda, que se usa para perfumar el agua para el lavado u otros diferentes usos. Se mezcla su aceite esencial, bien rectificado y destilado otra vez, con un buen espíritu de vino. La lavanda era muy apreciada en la paleta de los perfumistas por su olor franco y vivificante, que los romanos ya utilizaban para sus baños. La lavanda se cultiva en el sur de Francia, pero el calor del clima le da cierta acritud. La lavanda cultivada en Inglaterra era de una calidad excepcional.
El agua de olor que se obtiene de las flores de lis, al calor del baño María, se usaba para avivar la tez de las jóvenes. Les quitaba las manchas de la cara, sobre todo si se le mezclaba un poco de sal de tártaro.
De las flores de mirto destiladas en agua se obtenía un agua astringente llamada agua de ángel. Es muy buscada por su buen olor: las damas la usan para lavarse. Es magnífica para limpiar la piel, afirmar la carne y perfumar.
La rosa es una materia prima importante en la producción de la perfumería. Sirve para hacer agua destilada, esencia, aceite, pomadas y bolsitas. Las nueve décimas partes de la producción de esencia de rosa provienen de los montes Balcanes, cerca de Kizanlick. Esta esencia, cuando es pura, permanece cristalizada a una temperatura elevada, pero la costumbre en el país de producción era falsificarla con la esencia de geranio y también con blanco de ballena para producir una cristalización artificial. También los perfumistas preferían ampliamente la rosa de Provenza o rosa de mayo, rosa centifolia. Florece en el mes de mayo y las mujeres y los niños deben recoger las flores a la salida del sol, porque si se recolectan en medio del calor, pierden su suavidad.
El nardo proviene de las Indias. También se lo encuentra en estado silvestre en la isla de Java y en Ceilán. Lo trajo a Europa, en 1594, Simón de Torar, médico español. Esta cebolla, plantada en el otoño, florece al año siguiente. Las plantaciones se renuevan cada año. La floración empieza en junio-julio y se prolonga hasta comienzos de septiembre. El tallo mide un metro y cada día, entre las once y las tres de la tarde se abren dos flores que deben recolectarse enseguida, porque si no, el aroma efímero no se controla bien. Estas flores de bulbos producen una esencia capital para la paleta de los perfumistas.
La casia, de la familia de las acacias, se cultiva de octubre a noviembre. Este perfume vivo y penetrante aporta una nota de frescura muy útil para los perfumistas. Tiene algún parecido con el de la violeta y se lo emplea para sostener el aroma débil de esta flor.
La violeta tiene un olor fino y dulce que gusta cada vez más. Sólo se lo puede obtener por destilación, pero se lo puede recoger por medio de aceites esenciales. Se la planta en Niza y alrededores, debajo de los naranjos o los limoneros, cuyo follaje tupido la protege de los ardores del sol.
El romero da una esencia muy fuerte que se emplea para perfumar los jabones comunes. Este olor es parecido al del alcanfor utilizado para las bodas y los funerales, y es el principal componente del agua de la reina de Hungría.
El tomillo, el serpol, la mejorana, la albahaca florecida, el apio, el perejil, el laurel, el ajenjo, el hinojo y la salvia aportan esencias. La menta florece en la misma época que el tomillo, es decir, en el mes de junio. Se la recoge con tiempo seco y cálido y conviene quitar hojas y flores, machacar dos libras y ponerlas enseguida en el alambique. El agua que se recoge tiene un olor y un gusto muy buenos y fuertes. Por eso se necesita muy poco.
Las especias son necesarias para resaltar la suavidad débil de una planta: canela, clavo, macis, nuez moscada, cardamomo, cilantro, etc., son aromas maravillosos para utilizar como tutores a fin de perfeccionar la obra del perfumista. La canela y el cinamomo se destilan de la corteza de dos especies de laureles que abundan en la India y en China. El clavo es el pimpollo de la flor del caryophyllus aromaticus, originario de la costa africana y del archipiélago índico. La esencia se emplea para jabones y entra en dosis moderadas en la composición de algunos perfumes como el de clavel, con el que tiene algunas analogías. El macis y la nuez moscada son productos del mismo árbol, el myristica moschata, originario de la India. Una es el envoltorio fibroso del fruto; la otra, el fruto. La arañuela o pimiento es la baya de la Eugenia pimenta de las latitudes tropicales y, sobre todo, de las Antillas. Dos especies del anís estrellado o badiana vienen de China.
El ambrette viene de América del Sur. El anís, el eneldo, el hinojo y el carvi, de Europa.