Poco después de que las Honoradas Matres llegaran al Imperio Antiguo, la Hermandad Bene Gesserit aprendió a odiarlas y temerlas. Las intrusas utilizaron sus temibles destructores para aniquilar planetas de las Bene Gesserit y los tleilaxu, Richese, con sus vastas industrias y talleres armamentísticos, incluso Rakis.
Pero, para sobrevivir al Enemigo que las perseguía, las Honoradas Matres necesitaban desesperadamente unos conocimientos que solo la Hermandad poseía. En un intento de hacerse con él, atacaron como víboras furiosas y golpearon con extrema violencia.
Tras la Batalla de Conexión, los dos grupos enfrentados fueron unidos a la fuerza en una Nueva Hermandad, pero las diferentes facciones siguieron luchando por el control. ¡Qué derroche tan grande de tiempo, talento y sangre! La verdadera amenaza venía de fuera, pero nosotras seguimos combatiendo al enemigo equivocado.
MADRE COMANDANTE MURBELLA, palabras dirigidas a la Nueva Hermandad
Dos personas van a la deriva en un bote salvavidas, en un mar desconocido. Una dice: «Allí. Veo una isla. Nuestra única esperanza es desembarcar, construir un refugio y esperar que vengan a rescatarnos». La otra dice: «Debemos seguir en el mar y tratar de llegar a alguna ruta de navegación. Es la mejor opción». Estas dos personas no consiguen ponerse de acuerdo, empiezan a pelear, el bote vuelca y se ahogan.
Tal es la naturaleza de la humanidad. Incluso si solo quedan dos personas en todo el universo, acabarán defendiendo posturas enfrentadas.
Manual Bene Gesserit para acólitas
Al recrear gholas concretos, estamos rehaciendo el tejido de la historia. Una vez más, Paul Muad’Dib camina entre nosotros, con su amada Chani, su madre, dama Jessica, y su hijo Leto II, el Dios Emperador de Dune. La presencia del doctor Suk Wellington Yueh, cuya traición hizo postrarse a una gran Casa, resulta a la vez reconfortante y perturbadora. Con nosotros también están el guerrero-mentat Thufir Hawat, el naib fremen Stilgar, y el gran planetólogo Liet-Kynes. ¡Imaginad las posibilidades!
Tanto genio constituye un ejército formidable. Y lo necesitaremos, porque nos enfrentamos a un oponente mucho más temible de lo que jamás hayamos imaginado.
DUNCAN IDAHO, Memorias de algo más que un mentat
Durante quince mil años he esperado y planificado, he incrementado mi fuerza. He evolucionado. Ha llegado la hora.
OMNIUS