Miguel Barnet

EL ALACRÁN Y EL BAILE

Akeké, el alacrán, vivía en una cuerda floja.

El cielo sostenido por los hermanos Sapa y Sapo empezó a descender porque ellos se cansaron. Los hombros se les ampollaron y ya eran postillas negras y hombros chatos.

El alacrán se cansó del cielo y bajó por la cuerda. Llegó a la Tierra contento, pero a los pocos días se empezó a aburrir.

Pensó en qué pensaría y terminó sin pensar.

Le dio, entonces, por picar.

Picó al primer hombre que se cruzó por su camino.

Y el hombre saltó.

Luego esperó a que pasara una pareja de un hombre y de una mujer. Cuando la pareja pasó, la picó, y el alacrán dejó de aburrirse porque la pareja bailó del dolor toda la noche.

Entonces le avisó a todos los alacranes que cogieran la cuerda y bajaran.

Ellos bajaron y picaron a diestra y siniestra. Y ahí nació el baile. De la picada de Akeké.

Miguel Barnet, Los perros mudos. Fábulas cubanas.