Singular y admirable perplejidad la del hombre que soñó que una voz le revelaba que todos los sueños son vanos. Reflexionó que si todos los sueños son vanos, también era vano aquel sueño, pero si aquel sueño era vano, entonces los sueños son verdaderos, pero si los sueños son verdaderos, también era verdadero aquel sueño, pero si aquel sueño era verdadero, entonces los sueños son vanos, pero si los sueños son vanos, también era vano aquel sueño, y así hasta el infinito.
De Sermons, I, 515 de Jeremy Taylor.
B. Lynch Davis, Los Anales de Buenos Aires.