Actualmente el uso del inglés comienza a ser una obsesión. Muchas familias acuden a academias en las que se emplean los métodos más avanzados, otras prefieren recibir clases a domicilio.
Los Norriega se estaban quedando atrás y mira que lo hablan intentado.
Sus amigos, al menos, lo chapurreaban y cuando iban de copas y ya estaban finos, a partir de la séptima, comenzaban a hablar en inglés y después de la octava, cantaban We are the Champions, en lugar de Asturias, patria querida.
Alberto Manuel Norriega, Manolo, estaba harto de no poder corear ninguna canción; triste por no poder participar en conversaciones de farra ni de trabajo, desesperado por las notas de inglés de su hija María Flor, Flor, pese al pastón invertido, y aburrido, muy aburrido, de oír los comentarios de María Mercedes, María: su mujer, a la que tampoco le vendría mal saber un poquito, pero que realmente pasaba mucho del inglés y encima no paraba de reprocharle:
—Manolo, el curso de inglés en discos que tenemos es malísimo. Manolo, ¿vamos a tomarnos en serio lo del inglés? Manolo…
Por todo esto y muchas cosas más Manolo Norriega buscó una solución. Llevaba días fijándose en un anuncio que aparecía en la prensa, en la radio, en la tele, en el metro. Era de una academia que se llamaba Ten Fhe, English at Home. Manolo le estaba dando vueltas a la idea de sorprender a su mujer y a su hija y apuntar de una tacada a toda la familia.
Lo de su mujer era para aburrir, pero lo de su hija tenía más delito. La pobre niña estaba hasta la coronilla de veranear en espanglish. Había asistido al English Camp of Tothelittlestone (Campamento de inglés de Alpedrete), a la Betweenstones Summer School (Escuela de verano de Entrepeñas) y varias veces a la Annual Concentration of Little Yoghourts of Brighton (Concentración anual de yogurines de Brighton), y nada de nada; siempre el mismo resultado: de inglés, lo que se dice de inglés, Flor, nor flowers! (¡ni flores!). Además la pobre niña ya estaba harta de que la teacher, la graciosilla de la teacher de su colegio, le dijera:
—If Flower doesn’t sprinkle, English doesn’t speak. (Si Flor no riega, inglés no habla).
Así que Manolo, harto ya de tanto atraso, de tanto reproche y de tanto cachondeo, decidió tomar las riendas del asunto. Había llegado la hora de aprender inglés.
Un buen día pasó a la acción.
—Mira, María, lo del inglés no puede seguir así. No sabemos decir nada más que diez o doce pala bras. Llevamos gastado un pastón en la niña y lo sigue suspendiendo en todas las evaluaciones.
—Bueno, Manolo, pero ten cuidado que te conozco; ¿qué vas a hacer?
—No te preocupes. Me he fijado en el anuncio de una escuela que tiene muy buena pinta. Es de esas que vienen a casa. Su nombre me da confianza: Ten Fhe, English at Home.
Al día siguiente Manolo fue a las oficinas de Ten Fhe y habló con el director, que tenía una cara de chino que mosqueaba, y se presentó así:
—Hola, venía por lo del inglés
—Goods (buenas), mister…
—Norriega, Manuel Norriega.
—Sit down. My name is Fhe.
—¿Usted es Ten Fhe? Pero… usted no es inglés.
—Ah do you prefer in Spanish? Buinou; sí y no señol, sí soy Fhe y no soy inglés, soy de Talancong, pelo mis padles me llevalon de piqueñou a Hong Kong.
—Y… ¿ese acento?
—Mitad made in Hong Kong mitad flenillou. Mi veldadelo nomble es Felipe Helelo. Al volvel de Hong Kong a Talancong, en la escuela, me llamaban Felipe el Lelo o cala de chino ¡Qué tiempos! Cuánto suflí en Hong Kong con el idioma. Pelo… to the grain, peldón, al glano: usted quiele contlatal culso Ten, ¿veldad?
—Sí señor, para mí y mi familia ¿pero qué es eso de ten?
—Muy simple. Ten is númelo clave. Ustedes tendlán ten segundos pala conocelnos, ten minutes pala leflexionar, ten days pala soltalse, ten weeks pala hablal y ten months pala dominal. Al final tendlán un ten en examen. ¿Complende?
—Sí, está clarísimo.
—Buinou, pues podemos tutealnos. ¿Qué deseas contlatal? Ten folletou.
Manolo examinó el folleto y dijo devolviéndoselo:
—Ten… ten weeks.
—Muy bien, ten weeks, pues entonces ten, ten el contlato y filma aquí. Flom lost to the livel! Empezal en ten days. Toma estos books —y le endifió los manuales fromlostianos—. Encielan nuestlo idealio.
—Gracias.
Manolo firmó y se fue tan contento con sus books.
En casa, Manolo presentó a su mujer y a su hija el material y rápidamente se les iluminó la cara, descubrieron lo fácil que parecía aquel método.
Unos días después se presentó la profesora. Manolo abrió la puerta y se encontró a una morena despampanante.
—Hellou, I’m Paca Carrasco, pero pueden llamarle Francis, suena mejor.
—Hellou, my name is Manuel, here mi mujer y here mi hija. Usted es de…
—Yo soy de Gibraltar, pero como ustedes verán en ten seconds I speak in silver (hablo en plata). Lo primero que vamos a repasar son los saludos más habituales. Si queréis presentaros ante alguien podéis decir: here my saint (aquí mi santa), here my trunk (aquí mi tronco), here one knowledge (aquí un conocimiento). Listen and repeat.
Y la familia Norriega escuchaba y repetía con su mejor voluntad. Las clases se iban sucediendo. A los pocos días le entraron a temas relacionados con el dinero y la economía doméstica, y fue entonces cuando Paca les enseñó a decir frases muy útiles para la vida diaria y los negocios.
—Look family if you want make economy you cannot save the parrot’s chocolate (ahorrarse el chocolate del loro) because later comes uncle Frank with the sales (porque más tarde viene el tío Paco con las rebajas) and you have only little boiler (calderilla) and too you may be without white (estar sin blanca) or the same, not to have a carnation (no tener ni un clavel), o sea que esto es muy importante, listen and repeat.
Ellos lo hacían encantados.
Estudiaron también un tema dedicado a las cosas de la vida y así asumieron eso de «to the made, ches». (a lo hecho, pecho), «to the silly sou». (a la sopa boba), «let me walk hot and let the people laug». (ande yo caliente y ríase la gente), pero sobre todo les gustó eso de «big horse walk or no wal». (caballo grande ande o no ande)
Ya iban cogiendo soltura, incluso a veces después de la clase practicaban así:
—Flower, you have more face than back. You are the girl of my eyes but make your Franky (Flor, tienes más cara que espalda. Eres la niña de mis ojos pero haz tu curro) —decía Manolo.
A lo que ésta respondía:
—Rel(ax) little trunk. Sometimes my Saint went to the sky, but I know my cloth. (Tranqui tronqui. A veces se me va el Santo al cielo, pero yo sé tela).
Aunque por lo bajinis decía: «Let Rita the singer do it». («Que lo haga Rita la cantaora»).
Y la madre añadía:
—Flower, your hair is going to fall, you don’t give it to me with cheese. Now little same I want the lesson from cape to nail. (Flor, se te va a caer el pelo, no me la das con queso. Ahora mismito quiero la lección de cabo a rabo).
El fromlostiano había entrado en sus vidas y la cosa no había hecho más que empezar.
Continuaron las clases y se sucedían los temas y los profesores.
En otra clase estuvieron hablando de prendas y objetos y comprendieron que el inglés es a tailors drawer (cajón de sastre), que los exercises se hacían to small ball (a boli) y que este curso se aprobaba with the cap (con la gorra).
La familia al completo estaba muy contenta con los resultados y Manolo llamó un día a mister Fhe:
—Mister Fhe: me and my family, all together, we pass it pipe miss Francis and your method. My wife is like a motorbike and my Flower, in other time in pants and passing then tubes, pass it bomb with the teacher. Finally we plant face to the English. Thank you. (Señor Fhe: yo y mi familia, juntos, lo pasamos pipa con la señorita Paca y su método. Mi mujer está como una moto y mi Flor, en otro tiempo en bragas y pasándolas canutas, lo pasa bomba con la profesora. Por fin hemos plantado cara al inglés. Gracias).
Fhe le respondió:
—It was sung that we would win your problem, and look than you and your family are in the fig tree. (Estaba cantado que podíamos vencer su problema, y mire que usted y su familia estaban en la higuera).
Y venga de clases.
—Look, listen and repeat: the penthouse (la azotea) or the coconut (el coco), the mailbox (el buzón), the pine-trees (los piños), the dates (los dátiles).
También les dijo que si uno tenía entrances (entradas) era que se estaba quedando calvo y, como María no veía muy bien las letras de los libros, le dijo:
—María, you don’t see three on a donkey (no ves tres en un burro).
Ella le contestó:
—What of what (qué de qué). Y Flor añadió:
—Yes, mother, miss Francis tells you than you don’t see even a mucus (sí, mamá, la señorita Paca dice que no ves ni moco).
—¡Qué delicia es aprender así! —decía continuamente Manolo.
Y Paca le corregía:
—In English, Manolo.
—Sorry, Francis, I enjoy like a silly man with a chalk (lo siento, Paca, me divierto como un tonto con una tiza).
Un día, antes de que se incorporasen sus padres, Flor le pidió a la profe unas frases relacionadas sobre el ligoteo y escuchó con atención algunos consejos:
—Look; Flower, if you want to tie, because you tie less than the Pope’s car driver, choose the best place to give yourself the tenderloin with your trunk, when you go to the cinema: the row of the one handed. But be careful: some lynx may be octopus. (Mira, Flor, si quieres ligar, porque tú ligas menos que el chófer del Papa, elige el mejor sitio para darte el filete cuando vayas al cine con tu tronco: la fila de los mancos. Pero ten cuidado: algún lince puede ser pulpo).
—That’s envelopecatcher (esto es sobrecogedor) —decía María, igualmente emocionada.
Como estaban que no cabían en sí de contentos, pidieron estudiar expresiones relacionadas con los estados de ánimo y las cualidades humanas.
—Of course of the cow, mister Norriega, for example: you are a cat peeler in your office; María, you area sick female duck and you, Flower, you are more simple than a bucket’s mechanism. (Naturaca de la vaca, señor Norriega, por ejemplo: usted es un pelagatos en su oficina; María, usted es una pata mareada y tú, Flor, tú eres más simple que el mecanismo de un cubo).
—Fantastic! —exclamaron.
Los habfa puesto verdes y todos tan contentos, lo importante era practicar y pasárselo bien.
La cosa seguía su marcha. Ya sólo les quedaban dos clases. La penúltima la dedicaron a estudiar frases para situaciones límite.
—Today we study expressions for some special situations: listen and repeat: «Saint Martin comes for every pi». (A cada cerdo le llega su San Martín); «To put to fall from a donke». (Poner a caer de un burro); «Over there film». (Allá películas); «Let them to take away my dancin». (Que me quiten lo bailao); «To arm the fat on». (Armar la gorda) —y todos repetían disciplinadamente.
El último día se metieron de lleno en el terreno de la priva. Así adquirieron imprescindibles conocimientos como: «To get a chestnu». (Coger una castaña), «To. sleep the female monke». (Dormir la mona). En fin, no puedo reproducir todo lo que me aprendieron.
Cuando terminaron la última clase María dijo a la teacher.
—I have some covers, little flutes and good wine to celebrate the end of our course. (Tengo unas tapas, bocatines y buen vino para celebrar el final del curso).
Miss Francis: contestó:
—Queen, I’m a blow-up of the monkey ham and the fighter wine. In Gib all people tell me: «Suck from the flask, Carrasc». (Reina, soy una hincha del jamón de mono y el vino peleón. En Gibraltar todos me decían: «Chupa del frasco, Carrasco»).
Había finalizado el curso, cómo pasa el tiempo. Quedaba la prueba final. ¿Habría servido para algo? Tenían que lanzarse a usar lo que habían aprendido. La familia en pleno se afanaba cada tarde en el estudio y cada uno preparaba su plan. Se lo tenían muy calladito.
La primera en dar el salto fue María. Una mañana, ni corta ni perezosa (nor short nor lazy), oyó en su oficina que había que enviar un fax a Inglaterra para despedirse de una empresa de servicios que no les satisfacía porque siempre iba retrasada y cumplía mal los encargos. María dijo que ella sola podía hacerlo.
—Pero si tú no sabes inglés —le dijo su jefe.
—Sí, he aprendido con Fhe, en diez semanas, ya verás —y se lanzó a escribir la siguiente carta:
«Dear little colleagues: | (Queridos coleguitas: | |
From ever and ever you arrive at the candles smoke, you blows me, you have more tale than Alley. The ordermore have you between eyebrow and eyebrow, finally find the cake last week. I’m also up to the bun of your desmother; you are a company of half hair. I wish they give you black puddin».. | Desde siempre, llegáis al humo de las velas, me reventáis, tenéis más cuento que Calleja. El mandamás os tiene entre ceja y ceja, finalmente descubrió el pastel la semana pasada. Yo también estoy hasta el moño de vuestro desmadre; sois una compañía de medio pelo. Que os den morcilla). |
Fue contundente. Nunca más les volvieron a dar la lata con sus ofertas desde Londres. María ascendió fulminantemente y se ganó el respeto de todos.
Manolo se soltó una mañana en una reunión con una empresa de motores de Londres. Él siempre asistía a esas reuniones para dar ideas pero nunca decía nor cheep —ni pío— por sus problemas con el inglés. Aquel día fue su debut. Estaban hablando de precios cuando Manolo saltó como un loco:
—That’s to make the cousin. It makes a big joint of time that we make the fat view, but, until here we could arrive! To pay the gold and the moore? Chinese oranges! Now we return the ball: where I said «sa». I say «Simo».. We don’t pass by the ring. Do you have corsican patent and do you think than you are bullets, but here the silliest makes clocks. We don’t pay a big paste not even with bigdustys.
(Esto es hacer el primo. Hace un porrón de tiempo que hacemos la vista gorda, pero ¡hasta aquí podíamos llegar! ¿Pagar el oro y el moro? ¡Naranjas de la China! Ahora devolvemos la pelota: donde dije «dig». digo «Dieg».. No pasamos por el aro. Tenéis patente de corso y os creéis que sois unos balas, pero aquí el más tonto hace relojes. No pagamos un pastón ni con polvorones).
El delegado inglés sudaba y sudaba. No había entendido nada y seguro que todo le sonaba familiar. Sólo por el tono de voz aceptó rebajar los precios. Manolo dejó sorprendidos a todos y ascendió inmediatamente.
Sólo quedaba Flor. Un día en clase se le iluminó la cara. La bruja de inglés les pasó una hoja en la que ponía: «Escribe una redacción, tema libre, usando las expresiones más originales que puedas encontrar».
Era su oportunidad; había llegado la hora de la venganza. Flor escribió:
«In the last ten weeks I study English at home to full milk. The English class at home is very different, I beat the cooper with my parents. You are one edge, so your hair looks. You fall me fat because you are bad of the penthouse and make me a mental pie. Now I don’t eat my pot. I spend the whole day platin English to give you by sack. At home I never smoke my class because is the peeling. You are a lead and a big boulder. That’s English, this goes to mass. Stop of hump me and don’t give me more the tin. Don’t have bad blood with my mar».. | (En las últimas diez semanas he estudiado inglés en casa a toda leche. La clase de inglés en casa es muy diferente, me bato el cobre con mis padres. Eres una borde, así te luce el pelo. Me caes mal porque estás mal de la azotea y me haces una empanada mental. Ahora no me como el tarro. Paso la mayor parte del día chapando inglés para darte por saco. En casa nunca me fumo la clase porque es la monda. Eres un plomo y un pefiazo. Esto es inglés y esto va a misa. Para de jorobarme y no me des más la lata. No tengas mala sangre con mi nota). |
Terminó muy pronto, entregó el ejercicio y se marchó. Cuando estaba saliendo por la puerta la teacher le dijo:
—Flower: where do you go?
—I open myself (me abro).
—¿Cómo?
—Que sí, teacher: I long myself (me largo) —y se marchó.
Sólo por la impresión de ver todo ese ejercicio escrito en inglés (¿) por Flor, la teacher le aprobó, es más, sacó un sobresaliente.
Ya ven, los Norriega tuvieron Fhe y progresaron. El fromlostiano es muy fácil. Anímense.