La nieve fundiéndose en la piel
Y después de haber puesto su mano en la mía,
con un rostro alegre que me reanimó,
me introdujo en las cosas secretas.
Dante Alighieri, La Divina Comedia, Infierno,
Canto III
—No soy una sábana. Soy un fantasma DE VERDAD. BUU… BUU… ¡Tienes que asustarte!
—Pero no me asusto.
Nationalteatern, Col rellena y calzoncillos