2

Marsha sigue de rodillas, inconsolable. Mark se pone de pie cuando comprende que nada que haga la ayudará con su dolor. Verónica se queda abajo abrazando a la otra mujer. Ella también tiene una muerte con la que lidiar. Mark pasea la mirada por el grupo. Aunque todos están cabizbajos, el más afectado resulta ser Neil. Mark supone que todo lo que ha sufrido el día de hoy le ha afectado. Tener que darle una noticia así a una madre no debe resultar grato.

—Quiero verla.

Todos miran a Marsha. La cara de la mujer parece una máscara de tragedia, pero cuando pronuncia esas palabras parece firme y segura. Tom se adelanta, extendiendo las manos hacia ella.

—Marsha, no creo que debas torturarte con esto…

Pero Marsha le aparta las manos con un gesto brusco del brazo y se levanta. Verónica le deja hacer, y se pone en pie un poco por detrás de ella. A Tom le ofende el desaire, pero es lo suficientemente inteligente como para ocultar su enfado. En su lugar, coloca en su rostro una de sus sonrisas de tiburón.

—Quiero ver a mi hija, Tom.

Tom asiente como si lo comprendiera perfectamente. Después se gira hacia Neil. El chico tiene la vista clavada en el suelo.

—¿Puedes llevarnos, Neil?

—Sí.

—Perfecto —Tom se gira hacia Marsha—. Vamos.