El napalm es gasolina gelatinizada. En el caso de la mezcla que se arroja sobre Los Ángeles, se trata de napalm enriquecido con sodio, fósforo, benceno y poliestireno, capaz de producir temperaturas superiores a los dos mil grados centígrados, capaz de incinerar toda forma de vida, dejando edificios y objetos intactos por su capacidad de expandirse por el oxígeno.
Cuando se arroja napalm, el oxígeno de la zona es sustituido por monóxido de carbono debido a la combustión incompleta, por lo que, hablando de seres vivos, los que no mueren debido al fuego o las altas temperaturas lo hacen asfixiados.
Más de cien helicópteros sobrevuelan Los Ángeles, arrojando sobre la ciudad la mortífera carga.
El napalm cae sobre las calles de la ciudad, como una lluvia de fuego dispuesta a incinerar todo lo que sea susceptible de arder. No puedes negarme que, desde lejos, no te hace pensar en la venganza de Dios sobre Sodoma y Gomorra.
O, si te gusta el cine, en Apocalipsis Now.
Bye, bye, Hollywood.