hora, quien más, quien menos quiere o presume de influenciar, pero hasta el siglo pasado en español solo se podía aspirar a influir. Existen muchas dudas y toda una controversia sobre la correcta utilización del verbo influenciar como sinónimo de influir.
Como la propia RAE reconoce, influenciar es un verbo advenedizo que se introdujo en el español en el siglo XIX a partir del francés influencer, y se fue extendiendo a lo largo del siglo XX hasta generalizarse en todo el ámbito hispánico. Este «solecismo injustificable», como lo calificó María Moliner, fue introducido por la Academia en la edición de su diccionario de 1984, primero como barbarismo, como sinónimo de influir, para luego hacerle hueco en su amplio regazo y establecer que las diferencias entre influenciar e influir no son de significado, sino de construcción.
Así, influir se emplearía como transitivo (Su cultura francesa los influyó; Fue influido por la Ilustración) o como intransitivo, a menudo con un complemento introducido por las preposiciones en o sobre (Francia influyó en el estilo de muchos escritores; Los escritores influyeron sobre la RAE).
Influenciar, sin embargo, solo se emplea como transitivo: Su literatura está influenciada por su proximidad; y sería del todo incorrecto escribir: El francés influenció en la lengua española.
La inexistencia de un matiz que amplíe el horizonte léxico y justifique su adopción da la razón a todos los detractores de este verbo. Sin ánimo de ser más papistas que el Papa, a nosotros nos gustaría influir en su erradicación, porque en la vida, pero sobre todo en cuestiones de lengua, todo lo que no suma, resta.