or muy egregio, ilustre o eminente que sea su portador, los títulos, cargos y nombres de dignidad se escriben siempre con minúscula cuando acompañan al nombre propio de la persona o del lugar al que corresponden: el rey Juan Carlos, el papa Francisco, el presidente de Colombia, el ministro de Trabajo. También se escriben en minúscula cuando están usados en sentido genérico: El papa, el rey y el príncipe son mortales como cualquier otro hombre.
Sin embargo, pueden escribirse con mayúscula cuando no aparece expreso el nombre propio de la persona o del lugar y, por el contexto, los consideramos referidos a alguien a quien pretendemos destacar: El Rey se recupera de su última operación; El Papa visitará España en su próximo viaje.
También es costumbre particular de las leyes, decretos y documentos oficiales escribir con mayúscula este tipo de palabras: el Rey de España, el Presidente del Gobierno, el Secretario de Estado de Comercio.
Cuidado con mostrar más respeto del que exigen las normas ortográficas.