i hay un anglicismo implantado en el español, es la locución adverbial OK, utilizada para expresar ‘vale’, ‘de acuerdo’, ‘perfecto’ o ‘está bien’, entre otras.
Aunque las teorías para explicar de dónde procede esta expresión son múltiples, sin duda la más épica es la que procede de la Guerra de Secesión (1861-1865). Se dice que cuando los soldados volvían al fuerte tras la contienda, el recuento de las víctimas se hacía en unas pizarras. Si ese día no había habido ningún muerto, el oficial de turno escribía «0Killed», es decir, ‘cero muertos’; había sido un buen día, no había víctimas que lamentar.
A pesar de ser nuestra preferida, hoy en día la versión que se da por cierta es la de Allen Walker, afamado lingüista que pasó media vida intentando encontrar el origen de OK, y lo encontró. Según The American Heritage Dictionary, su origen se remonta a 1939, cuando el Boston Morning Post publicaba abreviaturas de frases con ocurrentes juegos de palabras, a veces incluso mal escritas, para potenciar lo irreverente de la acción: OK (oll korrect), donde ni la O (all) ni la K (correct) son correctas.
Si te gustan los coches, puedes dar por válida la versión de que viene de Otto Kaiser (OK), jefe de calidad de Ford Motor, que ponía su sello en cada automóvil; o quizá tienes alma de marinero y prefieres la de los marinos griegos para indicar que todo está OK (olákalá, ‘todo bien’ en griego); o, si sabes algo de boxeo, sabrás que siempre es mejor estar OK que estar KO, porque, como decía Camilo José Cela, no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo.