diario, nos encontramos con palabras formadas por iniciales: FMI, SA, ADN, etc., son algunas de las siglas que facilitan una rápida escritura. Se escriben en mayúscula, sin necesidad de que entre ellas haya puntos o espacios (F.M.I., S.A., A.D.N.) y se leen deletreando: [efe, eme, i]; [ese, a]; [a, de, ene]. Son invariables, por lo que su plural no es posible, y para formarlo se utiliza el artículo en plural: Las SA.
Dircom, Mercosur, AVE, Banesto, opa, entre otros, sin embargo, son acrónimos. Y aquí hay que afinar. Hay dos tipos de acrónimos: por un lado, las palabras formadas por los extremos de los vocablos a los que hace referencia: Dircom (Director de Comunicación), Mercosur (Mercado Común del Sur) o Banesto (Banco Español de Crédito); por otro lado, están las siglas que pueden leerse como una palabra, por ejemplo, AVE (Alta Velocidad Española). En este caso, se escribirán con minúscula si son nombres comunes (sida, opa, diu, ere, pyme…) o con la inicial mayúscula si son nombres propios y tienen más de cuatro letras (Renfe).
La razón de que algunos acrónimos admitan plural es que se han lexicalizado. Suelen ser siglas creadas para denominar un nuevo objeto o práctica, y se constituyen como una palabra: opas, dius, eres, pymes…
Puestos a distinguir culos de témporas y churras de merinas, proponemos no confundir tampoco siglas con acrónimos.