unque el verano parece ser tiempo propicio para lecturas relajadas, a nosotros nos inspira el Quijote, donde se distingue entre verano y estío como si fueran dos estaciones del año diferentes.
¿Un error cervantino? No. Según el etimólogo Joan Corominas, hasta el Siglo de Oro se distinguió entre verano y estío. Para la estación de más calor se empleaba la palabra estío (aestīvum) y se denominaba verano al final de la primavera. El motivo es que, curiosamente, verano significa ‘tiempo primaveral’ en latín (veranum tempus).
Aunque reconocemos nuestra debilidad por la palabra estío, la RAE nos lo pone más fácil y acepta tanto verano como estío para identificar la misma estación.