Periodiquismos

nas veces por prisa, otras por ignorancia, pereza o simple mimetismo, los medios de comunnicación actúan de correa de transmisión de usos erróneos del idioma. Se ponen a barajar unicidades incontestables, se pasan de enfáticos al valorar, hacen girar como una peonza lo que oscila, o convierten en usurpador o en presuntuoso a un simple cuadro medio en el legítimo ejercicio de su cargo. Aunque estas incorrecciones verbales no tengan padre conocido, acaban siendo tan propias del periodista como la buena información que firma.

Así es frecuente leer: La policía baraja el suicidio como hipótesis, o que tal compañía baraja la posibilidad de ampliar capital. Barajar, en sentido literal, consiste en mezclar los naipes antes de repartirlos y, en sentido figurado, se refiere a la acción de considerar o jugar con varios elementos o supuestos. Poco tendrá que barajar el que solo tiene una carta en sus manos.

Otro de esos errores es valorar positivamente o valorar negativamente: El ministro ha valorado positivamente las propuestas; La crítica ha valorado negativamente la obra. El primero es una redundancia, porque cuando se valora ya se está reconociendo el valor o mérito de algo o alguien, y el segundo es casi un oxímoron, porque es imposible valorar algo de manera negativa.

También es frecuente leer que tal o cual personaje detenta tal o cual cargo, cuando ni siquiera cabría decir que lo ostenta, ya que simplemente lo desempeña u ocupa. Porque detentar, según la RAE, es ‘retener y ejercer ilegítimamente algún poder o cargo público’; ostentar es ‘poseer públicamente algo considerado un honor o un privilegio’, y a veces la cosa no da más que para un humilde y correcto ejercer o desempeñar.

Del mismo modo, es incorrecto decir que algo es completamente gratis, porque nada es parcialmente gratis, o asegurar que algo suele ser habitual, porque si algo suele ocurrir, será porque se da de forma frecuente y habitual. Tampoco se puede escribir bajo ningún punto de vista, porque, incluso haciéndolo bajo el paraguas de una opinión prestada, se hace siempre desde algún punto focal. Tampoco es correcto afirmar que algo (la gasolina) oscilará alrededor de un 10%, porque oscilar no es dar vueltas, sino efectuar movimientos de vaivén; o que tal ley contempla una ampliación del plazo, porque solo contemplan los seres vivos y no hay ley, por bien redactada que esté, que tenga capacidad para contemplar. Solo los poetas en raptos de inspiración o los personajes como Napoleón tienen licencia para hacer que los entes, las cosas y los cuarenta siglos de las pirámides de Egipto nos contemplen.