Hola, Lola:

xisten numerosas formas de saludo en nuestras comunicaciones escritas, pero todas deben acabar con dos puntos; por lo menos, en español.

La modalidad de poner coma para terminar los encabezamientos de cartas, correos electrónicos y similares es anglosajona. Todo se pega, menos la hermosura pero, en nuestro idioma, las fórmulas de saludo van seguidas de dos puntos y no de coma, tanto si se trata de documentos formales como informales:

Estimada señora:

Me dirijo a usted para solicitar…

Hola:

Hemos quedado para ver el fútbol…

Si la oración es completa, se pueden sustituir por un punto. Por ejemplo: Buenos días.

Pero la práctica comete otro error y a veces olvida esta regla: si tras el hola va un nombre, entre ellos debe ir una coma, porque este ejerce de vocativo: Hola, Lola.

Señores y señoras, damas y caballeros, muy señores nuestros, querida Lola: por la presente reivindicamos la recuperación de los dos puntos perdidos de la cortesía epistolar española.