No hay miembra que valga

l cuestionamiento del masculino genérico por discriminatorio nos ha llevado a la utilización de fórmulas desdobladas (niños y niñas) o de absurdos lingüísticos como miembros y miembras. Siguiendo esta disparatada lógica, también deberíamos decir ídolos e ídolas o personas y personos.

Esto nos trae a la memoria un divertido y sarcástico ejercicio que hacía Javier Marías en su artículo Todas las farsantas son iguales: «Los ciudadanos españoles y las ciudadanas españolas estamos hartos y hartas de pedir a nuestros y nuestras gobernantes y gobernantas que se ocupen de los niños y las niñas inmigrados e inmigradas, que llegan recién nacidos y nacidas, famélicos y famélicas, desnudos y desnudas, sin dónde caerse muertos y muertas. Nuestros y nuestras políticos y políticas se ven incapacitados e incapacitadas para afrontar el problema, temerosos y temerosas de que los votantes y las votantes los y las castiguen: el que y la que sea partidario y partidaria de que esos niños y esas niñas sean españoles y españolas a todos los efectos, teme la reacción de los y las compatriotas y compatriotos proclives y proclivas a frenar el flujo de extranjeros y extranjeras —sean adultos o adultas, niños o niñas, recién nacidos o nacidas—, y amigos y amigas de una población compuesta por individuos e individuas autóctonos y autóctonas, homogéneos y homogéneas racialmente: los ciudadanos y las ciudadanas, en suma, que no creen que todos los hombres y las mujeres son iguales o igualas».

Estas duplicidades, además de rebuscadas e innecesarias, son consideradas incorrectas por la RAE. Para los seres vivos se debe usar el masculino, que denota a todos los miembros de la especie, sea cual sea su sexo: Todos los españoles son iguales ante la ley.

La economía es uno de los principios del lenguaje. El desdoblamiento, esa nueva moda de utilizar por sistema el masculino y el femenino para referirse al conjunto, tiene un origen ideológico e ignora, precisamente, ese principio lingüístico. Un grupo mixto, compuesto por miembros de los dos sexos, debe ser designado por el masculino que, en este contexto, carece de marca y no denota uno solo de ellos, sino ambos. Y ello independientemente de la existencia en el grupo de un número mayor o menor de miembros masculinos o femeninos. Digamos trabajadores, y no trabajadores y trabajadoras, aunque haya más mujeres que hombres en el grupo al que hacemos referencia. Eso es lo correcto.