¡Manda huevos con manda uebos!

de cómo una expresión ha visto transformado su significado y su grafía por un intento de escribir correctamente lo que parece ser y en realidad no es.

En contra de lo que se pudiera creer, ni los huevos que ponen las gallinas ni los que, en sentido figurado, simbolizan la gallardía de un hombre o, en sentido más vulgar, aquellos que hacen referencia a la parte menos noble de su anatomía, se encuentran en el origen de esta conocida expresión. La expresión inicial procede del latín opus (‘obra’, ‘trabajo’ o ‘necesidad’) que derivó en uebos.

Es decir, la manida expresión que llegó a escucharse hasta en el Congreso de los Diputados de España, y que la mayoría transcribiría como «¡Manda huevos!», es en realidad manda uebos o, lo que es lo mismo, mandat opus (‘la necesidad obliga’). Esta expresión es mucho más cercana para quienes tienen conocimientos jurídicos, pues es en el ámbito judicial donde ha conservado su sentido y grafía original. Seguro que ahora se entiende mucho mejor el titular que acompaña a este texto.