Agradecimientos

UNAS PALABRAS FINALES

Todos los datos que hay en este libro sobre Marie y Pierre Curie están documentados; no hay una sola invención en lo factual. Sin embargo, me he permitido volar en las interpretaciones, porque he utilizado a la gran Madame Curie como un paradigma, un arquetipo de referencia con el que poder reflexionar sobre los temas que últimamente me rondan insistentemente por la cabeza. Un ejemplo de vuelo: ¿era el padre de Marie tan fastidioso como insinúo? Yo creo que sí, pero el lector tiene los mismos datos que yo y puede decidir si está de acuerdo o no con lo que digo. En cualquier caso, representa a todos esos padres fastidiosos que sin duda existen.

Estos son los textos en los que me he basado para contar la vida de Marie: el primero, conmovedor y francamente bueno, el escrito por su hija pequeña, Ève Curie: Madame Curie, en Doubleday, Doran and Company, Inc., Nueva York, 1937 (es un libro antiguo y en inglés: por desgracia la obra está descatalogada). Marie Curie, genio obsesivo, una magnífica biografía de Barbara Goldsmith, en Antoni Bosch editor, Barcelona, 2005. Curie, de Sarah Dry, también muy apreciable y con una vertiente más científica, en Tutor, Madrid, 2006. Marie Curie y su tiempo, de José Manuel Sánchez Ron, que es más un excelente libro de ciencia que una biografía, en Drakontos bolsillo, Barcelona, 2009. Sklodowska Curie, una polaca en París, el más reciente y ligero, de Belén Yuste y Sonnia L. Rivas-Caballero, en Edicel, Madrid, 2011. Escritos autobiográficos, de Marie Curie, interesantísimo y fascinante volumen que reúne los numerosos escritos no científicos de Madame Curie, Edicions UAB, Barcelona, 2011. También hay mucho material sobre los Curie en la red. Me ha sido especialmente útil la biografía de Marie hecha por The American Institute of Physics en http://www.aip.org/history/curie/.

Quiero dar las gracias a mi amigo y estupendo escritor Alejandro Gándara, que me recomendó estos tres libros formidables que cito en mi texto: Un hombre afortunado, de John Berger, en Alfaguara, Madrid, 2008; Ayudar a morir, de la doctora Iona Heath, en Katz difusión, Madrid, 2008, y El enterrador, de Thomas Lynch, en Alfaguara, Madrid, 2004. También a Nuria Labari, que me sugirió un par de detalles atinadísimos. Y por último, mi agradecimiento para los formidables físicos Juan Manuel R. Parrondo y Raúl Sánchez, que han tenido la gentileza de leerse el borrador para ver si decía alguna barbaridad científica.