Primera Parte

El destino

¿Qué canción es esa que flota entre los árboles

para poner en pie a los hombres arrodillados,

para liberar los corazones de las penas que los atenazan,

para ofrecer promesas de futuro?

Escucha: ¿qué canción,

qué música dulce?

Susurros cálidos del alba.

Olor de sangre caliente invade el aire frío de la noche.

¿Qué avidez de tesoros, qué hambre de oro

ha sacado a la bestia horrible de la profundidad de las cavernas

para enfrentarla al Pájaro de la Noche, para conocer el sueño sin fin?

Vienen por codicia.

Vienen para desangrar.

A las amables manos de la raza de los elfos.

La espada resplandeciente, la carrera del caballo,

la ruina de todos y cada uno de los monstruos.

¡En medio de ellos, el Pájaro de la Noche, el guardabosque,

encendiendo la cólera de Tempestad, desdeñando el peligro,

cortando y acuchillando!

¡Desgarrando y rajando!

Ahuyentando las pesadillas.

Huid aprisa, trasgos: el guardabosque prepara su arco

para hacer correr vuestra sangre, para manchar la blanca nieve.

Flecha a flecha, el río rojo

se precipita hacia el Maligno, hacia el que ha caído muerto.

La furia de Ala de Halcón

entierra a los trasgos

en el frío dominio de los gusanos.

¡Dispersaos, trasgos, volad y desapareced!

No correréis más que Sinfonía.

Cascos de música hienden la oscuridad

llevando al Pájaro de la Noche: ¡vuestra hora ha llegado!

Cuando caiga Tempestad,

todos vosotros caeréis

en la negrura para siempre jamás.

Lejos flota la música, la dulzura de Sinfonía.

Lejos va el Pájaro de la Noche, para saludar al bosque

bajo el resplandor del sol de primavera, sin rastro del Maligno,

Por entre flores y amantes, oíd los pasos acompasados;

escuchad todos

la llamada del Pájaro de la Noche

y descansad, amantes, tranquilos y seguros.

La canción del Pájaro de la Noche