Nota del autor

El lago Ness alberga secretos que se remontan al año 565 y a la época de san Columba. Pero ¿es cierto que algún ser habita en sus profundidades? Después de cientos de años, miles de avistamientos y docenas de expediciones científicas, tenemos teorías, pero todavía carecemos de la respuesta definitiva.

Cuando inicié la tarea de investigar para esta novela, consideré fundamental separar la leyenda del monstruo del lago Ness del cuerpo de la ciencia real. Después de terminar la primera corrección del manuscrito, me topé con una nueva teoría de un criptozoólogo y admirador de mi serie MEG que había dedicado años a investigar el lago. Sus estudios, combinados con rumores referentes a un descubrimiento reciente, no solo eran verosímiles, sino que profundizaban en la identificación de la especie del famoso habitante del lago Ness. Sus pruebas también contribuían a explicar la falta de evidencias fotográficas. Convencido de que estas teorías eran sólidas y verosímiles, volví a corregir el manuscrito para incluir esta nueva información tan importante.

El lago sigue siendo una obra de ficción, pero la ciencia sobre la que se sustenta la historia es muy real.

Para recibir actualizaciones referentes a acontecimientos sucedidos en el lago Ness, pueden acudir a www.TheLoch.com.

La naturaleza es a menudo oscura o impenetrable, pero no falsa como el hombre.

C. G. Jung

Las sombras andan.

Lo que es… no es.

Lo que no es… puede ser.

Gay Malin

Era el 13 de julio, el verano de 2000. Mi marido y yo estábamos de vacaciones en Escocia, en las orillas del lago Ness. Habíamos parado para tomar una foto del lago, algo para enseñar a los amigos. Yo estaba utilizando mi pequeña Kodak, con una lente de 23 mm. La foto fue tomada cerca de Boleskin House, junto a una de las partes más profundas del lago, que se hallaba muy calmo, y no había barcas por los alrededores. Cuando vimos la foto revelada, bien…, nos quedamos muy sorprendidos.

Melissa Bavister, turista

El objeto se halla sin la menor duda en la película, no es una mancha en el negativo.

Alistair Bowit,

técnico de laboratorio fotográfico de Inverness