En 2007, cuando empecé a colaborar con WikiLeaks, me encontré inmerso de nuevo en un proyecto cuyo principal objetivo era actuar como mecanismo de control del poder ejercido a puerta cerrada. La creación de una plataforma que ofreciera transparencia, allí donde esta estuviera vetada, me pareció al mismo tiempo una idea tan simple como genial.
Durante el tiempo en que participé en WikiLeaks aprendí de primera mano que la combinación de poder y secretismo conduce en última instancia a la corrupción. Con el transcurso de los meses, WikiLeaks fue evolucionando en una dirección que empezó a resultar inquietante para la mayoría de los componentes del equipo, y que nos condujo a abandonar el proyecto en septiembre de 2010. Con anterioridad a esa fecha, había albergado la esperanza de que mis opiniones, expresadas diplomática y públicamente en forma de crítica moderada, condujeran a la supervisión del poder de WikiLeaks y al de un solo hombre, del mismo modo que en el caso de otras organizaciones.
Pero sucedió exactamente lo contrario. Mientras una pequeña parte de la opinión pública, familiarizada hacía ya tiempo con WikiLeaks, ponía en tela de juicio su evolución desde un punto de vista crítico, el origen de la idea se perdió en la vorágine del espectáculo que ofrecía la plataforma de las revelaciones y su fundador. Julian y WikiLeaks, una simbiosis inseparable que se convirtió en un fenómeno pop. Lo que se debe sobre todo al vacío informativo relacionado con esta reservada organización que hace gala de transparencia.
Como tantos otros, a los cuales ofrecimos una plataforma para sus revelaciones, tomé la decisión de sacar a la luz lo que se ocultaba en el interior. No me resultó fácil, puesto que durante mucho tiempo me debatí entre mis sentimientos de lealtad y mi propia responsabilidad moral.
En WikiLeaks solíamos decir que únicamente un correcto registro histórico podía hacer posible una mejor comprensión del mundo. Con este libro he tomado la determinación de realizar mi aportación a este ideal.
DANIEL DOMSCHEIT-BERG
Enero 2011