Prólogo

Desnivel nos ofrece la primera traducción íntegra en lengua castellana del manuscrito autobiográfico y original del mítico guía francés, Lionel Terray.

Fue el hombre legendario de las primeras ascensiones al Fitz Roy, en Patagonia; al Chacraraju, en Perú; al Makalu, en Nepal o al Mt. Huntington, en Alaska. Esta última cumbre la asciende en compañía del joven Marc Marinetti, junto a quien perdería la vida en un incomprensible accidente de escalada: en un fácil terreno de ensamble de tercer grado, tras superar la parte más comprometida de una vía de entrenamiento en el macizo calcáreo de Vercors, zona que domina los alrededores de su ciudad natal, Grenoble.

Fue también Terray el personaje decisivo en la victoria sobre el Annapurna, el primer ochomil alcanzado por el hombre, y en la segunda del Eigerwand, junto a otro de sus grandes camaradas de cordada y aventura, el igualmente legendario y desaparecido Louis Lachenal. Ambos ejercieron la profesión de guía de alta montaña, oficio nacido en el corazón de los Alpes, que jugó un papel tan determinante durante la exploración de las grandes y remotas montañas del mundo.

Los conquistadores de lo inútil, el verdadero testamento de la época, representa a la vez uno de los mejores textos literarios relacionados con el hombre y la montaña que jamás se hayan escrito. Con su mensaje, probablemente sin fecha de caducidad y plenamente vigente hoy en día, Terray nos describe sus orígenes y las presiones de su entorno familiar, contrario a su temprana vocación montañera; nos revela con admiración y honestidad la superioridad técnica y el papel decisivo de su compañero Guido Magnone durante la primera ascensión al Fitz Roy, o nos deja soñar con su hermoso epílogo: «Si en realidad no hay ninguna roca, ningún serac, ninguna grieta que me esté esperando en algún lugar del mundo para detener mi carrera, llegará un día en el que, viejo y cansado, encontraré la paz entre los animales y las flores. El círculo quedará cerrado, y por fin seré el simple pastor que añoraba ser en mis sueños de niño».

¡Cuánta sencillez, pasión y belleza nos esperan al sumergirnos en la lectura de esta verdadera joya de la literatura alpina! Disfrútala.

Miguel Ángel García Gallego.