SENTENCIAS VATICANAS[87]
4. Todo dolor es fácil de despreciar, pues el que causa una molestia intensa es de corta duración, y el que dura mucho en el cuerpo causa una molestia muy suave.
7. Es fácil pasar desapercibido cuando se comete una injusticia, e imposible de conseguir seguridad de pasar desapercibido.
9. La necesidad es un mal, pero no hay ninguna necesidad de vivir sometido a la necesidad.
(10. Metrodoro, recuerda que aun siendo mortal por Naturaleza y aun habiéndote correspondido una vida de duración limitada, te elevaste por tus indagaciones de lo que es la Naturaleza a la inmensidad y eternidad y llegaste a ver «la realidad actual, la realidad futura y la realidad pasada»).
11. En la mayoría de las personas la inactividad se embota y el ejercicio se inflama.
14. Nacemos una sola vez y dos no nos es dado nacer y es preciso que la eternidad no nos acompañe ya. Pero tú, que no eres dueño del día de mañana, retrasas tu felicidad y, mientras tanto, la vida se va perdiendo lentamente por ese retraso, y todos y cada uno de nosotros, aunque por nuestras ocupaciones no tengamos tiempo para ello, morimos.
15. Apreciamos nuestros comportamientos exactamente igual que cualquier cosa de nuestra exclusiva propiedad, lo mismo si son buenos y somos por ello la envidia de la gente como si no. Pues bien, otro tanto interesa hacer con los del prójimo, si este es razonable.
16. Nadie que compruebe el mal lo prefiere al bien, pero, seducido por el señuelo que aparenta ser un bien si se compara con un mal mayor que él, cae en su anzuelo.
17. No es el joven quien merece ser felicitado sino el viejo que ha pasado una vida hermosa, pues el joven que está en la flor de la edad yerra pasando por su cabeza, por cualquier cosa, ideas extrañas, mientras que el viejo ha arribado a la vejez como a puerto seguro tras haber logrado incluir entre sus seguras satisfacciones los bienes que antes había desesperado alcanzar.
18. Si se prescinde de la contemplación, de la conversación y trato con la persona querida se desvanece toda pasión erótica.
19. Quien un día se olvida de lo bien que lo ha pasado se ha hecho viejo ese mismo día.
21. A la Naturaleza no se la debe forzar sino hacerle caso, y le haremos caso si colmamos los deseos necesarios y los naturales siempre que no perjudiquen y si despreciamos con toda crudeza los perjudiciales.
23. Toda amistad es por sí misma deseable, pero recibe su razón de ser de la necesidad de ayuda.
24. A los sueños no les corresponde una naturaleza divina ni capacidad profética, sino que son producidos por una afluencia de imágenes.
25. La pobreza, medida según el rasero del fin asignado a nuestro ser, es una riqueza enorme, y una riqueza no limitada es una pobreza enorme.
26. Es menester tomar buena nota de que el razonamiento profundo igual que el superficial tienden ambos al mismo fin.
27. En las demás tareas de la vida sólo después de terminadas les llega el fruto, pero en la búsqueda de la verdad corren a la par el deleite y la comprensión, pues no viene el gozo después del aprendizaje sino que se da el aprendizaje a la vez que el gozo.
28. No se debe dar por buenos ni a los predispuestos a la amistad ni a los remolones a aceptarla, sino que es menester ganarse la satisfacción de la amistad aun a costa de ciertos riesgos.
29. Sí, al menos yo preferiría practicar la sinceridad en mis investigaciones y así vaticinar lo que conviene a todas las personas, aun en el caso de que nadie vaya a comprenderlas, más que conformarme con las opiniones vulgares y así granjearme el elogio que fluye a raudales de la corriente del vulgo.
(30. Metrodoro, algunos pasan su vida procurándose las cosas aptas para la vida, sin darse cuenta de que está infiltrado dentro de nosotros mismos el veneno mortal de nuestro origen).
31. Frente a los demás es posible procurarse seguridad, pero en lo tocante a la muerte todos los seres humanos habitamos una ciudad indefensa.
32. La veneración del sabio es un gran bien para quien lo venera.
33. El grito del cuerpo es este: no tener hambre, no tener sed, no tener frío. Pues quien consiga eso y confíe que lo obtendrá competiría incluso con Zeus en cuestión de felicidad.
34. No obtenemos tanta ayuda de la ayuda de los amigos como de la confianza en su ayuda.
35. No debemos perder los bienes presentes por el deseo de los ausentes, sino que debemos damos cuenta de que estos que tenemos ahora estaban también entre los solicitados.
(36. La vida de Epicuro comparada con la de los demás hombres en cuestión de delicadeza y capacidad para contentarse con lo suyo podría ser considerada un prodigio).
37. La Naturaleza es débil para el mal, no para el bien. Pues se conserva por el gozo y se desvanece por el dolor.
38. Apocado en todo y por todo es aquel a quien le asisten muchos y muy razonables motivos para acabar con la vida.
39. Ni es amigo quien a propósito de cualquier cosa busca ayuda para el prójimo ni quien no sabe nunca nada de ayuda, pues aquel regatea la devolución del favor hecho y este corta de raíz con la posibilidad de esperar de él algo bueno para el futuro.
40. Quien asegura que todas las cosas ocurren por necesidad no tiene nada que objetar a quien asegura que no todas las cosas ocurren por necesidad, pues afirma que eso mismo ocurre por necesidad.
41. Digo que debemos reír a la vez que buscar la verdad, cuidar de nuestro patrimonio y sacar fruto a las demás propiedades y no cesar bajo ninguna circunstancia de emitir los juicios dictados por la verdadera filosofía.
42. El mismo instante tiene que ver tanto con el origen del máximo bien como con su disfrute.
43. El amor al dinero, si este es adquirido por medios ilegítimos, es impío, y, si adquirido por procedimientos legítimos, detestable, pues es cosa fea ser sórdido avaro aun tratándose de dinero que le pertenece a uno en justicia.
44. El sabio que cae en situaciones angustiosas sabe más de repartir a otros que de recibir él: tan maravilloso es el tesoro de la satisfacción que él descubrió.
45. La ciencia de la Naturaleza no hace hombres forjadores de jactancia ni de palabrería ni ostentadores de esa cultura propugnada por el vulgo, sino activos, satisfechos consigo mismos y muy orgullosos de los bienes de la persona y no de los que nos procuran las cosas.
46. Las malas costumbres, como a hombres malvados que han causado un enorme perjuicio durante largo tiempo, al final las repudiamos.
47. Me he anticipado a ti, Azar, y cerré todas tus posibilidades de infiltración, y no me entregué rendido ni a ti ni a ningún otro condicionamiento, sino que cuando la Parca nos lleve de aquí nos iremos de la vida tras echar un enorme escupitajo contra la vida y contra los que neciamente se pegan a ella, al mismo tiempo que entonaremos un hermoso cántico de salvación gritando que nuestra vida ha sido bella.
48. Debemos hacer la jornada siguiente mejor que la anterior, mientras estamos de camino, y, una vez que lleguemos al final, estar contentos igual que antes.
51. Acabo de enterarme de que tus excitaciones carnales se hallan demasiado propensas a las relaciones sexuales. Tú siempre y cuando no quebrantes las leyes ni trastornes la solidez de las buenas costumbres ni molestes al prójimo ni destroces tu cuerpo ni malgastes tus fuerzas, haz uso como gustes de tus preferencias. Pero la verdad es que es imposible no ser cogido al menos por uno de estos inconvenientes, el que sea. Pues las cosas de Venus jamás favorecen, y por contentos nos podemos dar si no perjudican.
52. La amistad recorre el mundo entero proclamando a todos nosotros que despertemos ya a la felicidad.
53. No se debe envidiar a nadie, pues los buenos no son merecedores de envidia y los malos, cuanta más suerte tienen, tanto más se pierden.
54. No hay que aparentar que buscamos la verdad sino buscarla realmente, pues no necesitamos ya parecer que tenemos buena salud sino tenerla realmente.
55. Debemos curar nuestras desgracias mediante una buena disposición de ánimo hacia los bienes perdidos, y comprendiendo que no nos es dado hacer que no se cumpla lo que ya ha tenido lugar.
56-57. El sabio sufre, pero no más cuando es atormentado él mismo que cuando ve que el atormentado es su amigo… (Pues si el sabio no se comporta así) toda la vida del amigo rodará por los suelos y caerá en abatimiento por desconfianza en todos.
58. Hay que liberarse de la cárcel de la rutina y de la política.
59. Lo insaciable no es la panza, como el vulgo afirma, sino la falsa creencia de que la panza necesita hartura infinita.
60. Todo el mundo se va de la vida como si acabara de nacer.
61. La contemplación del prójimo es lo más hermoso siempre que los familiares en primer grado muestren concordia, que es lo que procura un apoyo importante a aquel resultado.
62. En efecto, si los enfados de los padres con sus hijos se deben a causas justificadas, es estúpido, creo yo, contestarles en lugar de excusarse y pedir perdón, y si no se deben a causas justificadas sino a impulsos irracionales, es ridículo en grado sumo echar más leña al fuego fomentando por la propia indignación personal aquella dosis de irracionalidad en lugar de ver la forma de cambiarlos a actitudes más suaves mediante una actitud sensata.
63. También en la moderación hay un término medio, y quien no da con él es víctima de un error parecido al de quien se excede por desenfreno.
64. El aplauso de los demás debe acompañamos movidos por los solos impulsos de estos, pero nosotros debemos ser médicos de nosotros mismos.
65. Es estúpido pedir a los dioses las cosas que uno no es capaz de procurarse a sí mismo.
66. Compartamos los sentimientos de los amigos no llorando sino preocupándonos por ellos.
67. Una vida libre no puede conseguir muchas riquezas, porque eso no es fácil de hacer sin dar cabida al servilismo de la turba o de los poderosos, sino que las logra todas mediante una continua liberalidad. Pero si por casualidad consigue muchas riquezas, incluso esas llegaría a distribuirlas sin dificultad alguna para hacerse con la benevolencia del prójimo.
68. Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco.
69. Un alma desgraciada hace al ser vivo ávido hasta el infinito de que le resulte perfecto su multiforme régimen de vida.
70. Dios quiera que no hagas nada en la vida que te dé miedo si llega a descubrirlo el prójimo.
71. Ante cualquier deseo debemos formulamos la siguiente cuestión: ¿qué me sucederá si se cumple el objeto de mi deseo, y qué si no se cumple?
73. Incluso al que le haya afectado a su cuerpo algún dolor a la postre le viene bien para ponerse en guardia frente a riesgos semejantes.
74. En una disputa entre personas amantes del razonamiento gana más el que pierde, debido a que aprende más que nadie.
75. Desagradecida para con los bienes pasados es la voz que dice: «Espera a ver el final de tu vida todavía larga».
76. Eres en tu vejez tal como yo te animo que seas, y has comprendido bien en qué consiste buscar la verdad para uno mismo y qué buscarla para la Hélade. Te felicito.
77. El fruto más delicioso del propio contento es la libertad.
78. El hombre auténtico se preocupa sobre todo de la sabiduría y de la amistad: de las cuales cosas una es un bien inmortal y la otra mortal.
79. El imperturbable no resulta molesto ni para sí ni para otro.
80. Elemento fundamental para la propia salvación es el cuidado que debemos tener con nuestra juventud y la vigilancia frente a los vicios que mancillan todo por culpa de unos punzantes deseos.
81. No disipa la inquietud del alma ni origina alegría que merezca tal calificativo ni la más grande riqueza que exista ni la estima ni el respeto del vulgo ni ningún otro honor que se deba a razones insignificantes.