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Los siguientes treinta minutos transcurrieron en una nebulosa.

En todo el mundo, un gran despliegue de fuerzas se puso manos a la obra.

Mar Arábigo, Costa India

26 de octubre, 21:05 horas (hora local).

12:05 horas (Tiempo del Este, Nueva York, EE. UU).

El superpetrolero Whale flotaba amenazante cerca de la costa india, en aguas carentes de fuerza. El gigantesco buque parecía estar contemplando la costa compartida entre la India y Pakistán con sus misiles listos para ser lanzados.

No llegó a ver al submarino de ataque de la clase Los Ángeles acercarse por detrás a tres kilómetros de distancia.

Asimismo, los soldados africanos apostados en su torre de control tampoco llegaron a advertir los torpedos del submarino hasta que fue demasiado tarde.

Los dos torpedos Mark 48 impactaron a la vez en el Whale, reventando sus costados con explosiones simultáneas, hundiéndolo.

Estrecho de Taiwán, aguas internacionales. Entre China y Taiwán

27 de octubre, 01:10 horas (hora local).

12:10 horas (Tiempo del Este, Nueva York, EE. UU).

El Hopewell corrió una suerte similar.

Anclado sin levantar sospechas en una ruta marítima en mitad del estrecho de Taiwán, no muy lejos de una larga fila de superpetroleros y buques de carga, fue alcanzado por un par de torpedos estadounidenses Mark 48 filoguiados.

Algunos vigilantes nocturnos de los otros barcos afirmaron haber visto la explosión en el horizonte.

Las llamadas por radio al Hopewell quedaron sin respuesta y, cuando fueron a buscarlo a su última ubicación conocida, allí no quedaba nada. Había desaparecido.

Nadie vio al submarino que lo hundió. Es más, el Gobierno estadounidense negaría posteriormente que hubiera ningún 688I en la zona en el momento de la explosión.

Costa Oeste, EE. UU., cerca de San Francisco

26 de octubre, 09:12 horas (hora local).

(12:12 horas en Nueva York).

En el interior de la enorme bodega del superpetrolero Jewel, donde se hallaban los silos misilísticos, flanqueado por doce marines estadounidenses y junto a los cuerpos de cerca de una docena de soldados africanos muertos, David Fairfax conectó su enlace ascendente por satélite a la consola de control de los misiles del barco.

La señal por satélite salió disparada al cielo y fue captada por Schofield, a bordo del Cuervo Negro, que en esos momentos sobrevolaba Francia en dirección a Italia.

Y, mientras Schofield desactivaba el sistema CincLock desde la distancia, Fairfax sostenía la consola (protegiendo en ocasiones el enlace ascendente con su propio cuerpo, protegiéndolo de los dos soldados eritreos que habían sobrevivido a la irrupción marine).

Estaba asustado más allá de lo imaginable pero, en medio del fuego cruzado, de las granadas y las balas, consiguió sostener la consola.

En dos minutos, los dos últimos soldados eritreos fueron abatidos por los marines y el sistema de lanzamiento del Jewel fue neutralizado por Schofield desde el Cuervo y David Fairfax se desplomó en el suelo con un fuerte suspiro de alivio.