4.8

Imagen

El Mack voló por los aires trazando un impresionante arco, con el morro hacia arriba y sus ruedas girando, dejando tras de sí una columna de humo negro procedente de su capó en llamas.

Pero ese arco concluyó abruptamente cuando el enorme camión se chocó a gran velocidad contra el caza Mirage, que se cernía inmóvil junto a la carretera.

El camión y el avión colisionaron con una fuerza brutal y el Mirage comenzó a dar bandazos por la fuerza del impacto.

El Mack, ya en llamas, voló por los aires y su capó se encajó en el morro del caza francés. Por su parte, el Mirage comenzó a dar tumbos y a continuación estalló en una cegadora bola de fuego.

A continuación cayó del cielo, una caída de ciento veinte metros, con los restos del Mack incrustados en su morro, antes de chocar contra las olas con gran estrépito.

Y, en medio de todo aquello, en medio de aquella maraña mecánica, sin una cuerda o un Maghook al que aferrarse, estaba Shane Schofield.