Capítulo 109

Monasterio de Optina, Rusia, 28 de febrero de 1917

Pavel logró ponerse en pie y acercarse al río para refrescarse la cara. El dolor en la espalda era muy intenso, pero extrajo de sus bolsillos una de las hierbas que usaban para anestesiar el dolor cuando sufrían alguna herida. Intentó erguirse, pero le fue imposible. Caminó a gatas por todo el prado, hasta alcanzar el monasterio. Buscó entre los animales, pero lo único que encontró fue un burro. Le puso una manta y se montó sobre él.

El animal caminó despacio hasta salir del monasterio. El silencio reinaba por todas partes, como si el mundo se hubiera parado de repente.

Después de casi un día de camino, Pavel llegó hasta un pueblo cercano y fue directamente a la comisaría de policía. Tras avisar de su rango y posición, le curaron las heridas y lo llevaron hasta el hospital de una ciudad cercana.

Mientras permanecía convaleciente, en lo único que pensaba era en cómo vengarse de esos malditos extranjeros.