Capítulo 89

Helsinki, Finlandia, 22 de febrero de 1917

Alicia y Lincoln llegaron a la ciudad mientras el sol iluminaba las torres de las iglesias. Su aspecto cansado apenas podía disimular su euforia, estaban muy cerca de su objetivo y esperaban que también de su amigo Hércules. Alicia había leído el libro entero y compartido con Lincoln sus impresiones. Sin duda aquella información, por falsa que fuera, podía desatar una persecución hacia los judíos sin precedentes.

—Si lanzamos el libro al mar se acabaron todos los problemas —dijo Lincoln.

—No sabemos si alguien tiene otra copia. La única manera de acabar con él es compararlo con el manuscrito que guarda Nilus; si no coinciden todo habrá sido una invención y los judíos no serían los que dictaron estos protocolos —comentó Alicia.

—Sigo pensando que sería mejor deshacerse del libro —insistió Lincoln.

La mujer se apoyó sobre el hombro de Lincoln. Después de su traumático intento de violación apenas se había acercado a él. El hombre se puso rígido por unos instantes, pero después pasó su mano por el hombro de ella.

—¿Cuándo terminará todo esto? —preguntó Alicia.

—Mañana estaremos en ese monasterio, encontraremos a Hércules y regresaremos a España.

—No me refiero a eso, pienso en esta guerra y en todo este odio. Europa está inundada de sangre —comentó la mujer, asqueada.

—Cuando termine aquí estallará en otra parte, forma parte de la vida —dijo Lincoln.

—Hay tanto odio. ¿Para qué sirve la violencia?

—Para nada, pero al menos podemos intentar no emplearla nosotros. Viviremos en Madrid y nos olvidaremos de lo que pasa en el resto del mundo.

Alicia miró a su prometido con dulzura. El era lo que más amaba en este mundo. Deseaba casarse y tener un hijo con él, pero no sabía si ya era demasiado tarde para que fueran felices. En los últimos años habían recorrido juntos el globo, pero se sentía muy lejos de él.