Capítulo 58

París, Francia, 14 de febrero de 1917

Leo había sido muy rápido. Los pogromos en Rusia le habían enseñado algunos trucos para no dejarse atrapar tan fácilmente. En cada casa que estaba, creaba una habitación secreta en la que esconderse en caso de peligro. Cuando dejaron de escuchar las voces, salieron por la estrecha puerta de la cómoda que llevaba a su cámara secreta.

—Cielo santo. Han estado muy cerca —dijo Winston.

—Esa gente es de la peor calaña. Asesinan a judíos y disidentes políticos con total impunidad. La policía no solo no los detiene, sino que colabora con ellos —dijo Leo.

—¿Quiénes eran? —preguntó Hércules.

—Las Centurias Negras son unos grupos antirrevolucionarios que protegen al zar. En 1905 fueron culpables de la mayoría de las matanzas de obreros. En muchas aldeas de Ucrania y Rusia han sembrado el terror, por eso numerosos judíos rusos han optado por volver a Israel —dijo Leo.

—¿Cree que lo estaban vigilando? —preguntó Alicia.

El anciano judío se quedó pensativo, pero enseguida le dijo:

—Estoy casi convencido de que los persiguen a ustedes.

—Serán amigos de los dos tipos que nos atacaron en la torre Eiffel —dijo Lincoln.

Hércules se acercó a Leo y le hizo una pregunta:

—¿No sabe dónde puede estar ese libro?

—Me temo que no. La leyenda habla de que la reunión secreta tuvo lugar en el cementerio de Praga, pero, como el resto del libro, esto también debe de ser mentira —dijo el judío.

Winston se dirigió a la puerta y la abrió. Después se giró hacia sus amigos.

—Será mejor que nos vayamos antes de que esos tipos regresen. Tengo un par de días libres. No es imprescindible que regrese mañana a mi regimiento. Si quieren los acompañaré a Praga. Tengo curiosidad por saber cómo termina todo esto.

El resto del grupo se dirigió a la salida y Alicia se acercó al anciano.

—Muchas gracias por todo. Esperamos no haberle creado más problemas.

—La vida de la gente como yo siempre es igual. Si no me matan estos cerdos, lo harán otros. Demasiado tiempo he vivido, Jehová me llevará al seno de Abrahán cuando él quiera.