Capítulo 35

Zúrich, Suiza, 9 de febrero de 1917

—Nos marchamos de inmediato —dijo Hércules, nada más entrar por la puerta.

—¿Adónde? —preguntó Alicia.

—A París —contestó Lincoln.

Alicia y el hermano Juan los miraron sorprendidos. No comprendían nada.

—En la caja de seguridad únicamente había una pista que parece llevar a París —explicó Lincoln.

—Pero ¿están seguros? Puede que se trate de una maniobra de distracción —dijo Alicia.

—El texto era claro. Al parecer han usado el mismo método, la parte de una profecía, pero esta vez del conde de Saint Germain —dijo Lincoln.

Mientras Hércules hacía las maletas a toda prisa, Alicia todavía intentaba asimilar la información.

—¿Qué buscamos exactamente? —preguntó Alicia.

—Un libro, El testamento del Diablo —dijo Hércules—. No sabemos mucho sobre él, pero sí que en él se describe una conspiración mundial, aunque lo más importante es que la muerte de los monjes está relacionada con el libro. Ya sabes que yo no creo en ese tipo de conspiraciones.

El hermano Juan se quedó pálido al escuchar el título del libro. Había oído hablar de él, pero creía que se trataba de una leyenda.

Todos lo miraron inquietos cuando comenzó a escribir a toda velocidad, parecía como si hubiera vuelto a entrar en trance.