Algunos apuntes históricos

El testamento del Diablo es un libro de ficción pero plasma muchos datos y sucesos reales.

El monasterio de Optina existe y puede visitarse en la actualidad, aunque es incierto que existan esos iconos pintados en la cúpula principal de su capilla.

Lenin estuvo exiliado en Zúrich hasta poco antes de la revolución de febrero de 1917. Es cierto que recibió ayuda del Gobierno del káiser y que éste le facilitó un transporte para volver a Rusia. En el libro hemos adelantado la fecha de su llegada a San Petersburgo, para acelerar el desarrollo de la novela.

El doctor Jung vivía en Zúrich y todos los datos sobre él son fidedignos, entre ellos su antisemitismo, su obsesión por los asuntos esotéricos y la secta que creó para alimentar su ego. En la biografía El Cristo ario se puede leer mucho más sobre su misteriosa vida.

Winston Churchill estuvo en París en las fechas indicadas para incorporase a un batallón de fusileros escoceses.

Masha y Oleg son personajes ficticios, aunque no era raro ver por Suiza y otros países a personas como ellos, miembros de partidos clandestinos o de servicios secretos.

Las Centurias Negras existieron realmente. Fueros los grupos armados más fanáticos al servicio del zar.

El calendario juliano, usado en Rusia, y el calendario gregoriano, no coinciden, pero hemos optado por el gregoriano para no confundir las fechas.

Rasputín existió realmente y sus profecías siguen siendo un misterio en la actualidad. La dinastía Romanov se extinguió, tal y como había vaticinado el monje ruso.

Sergei Aleksándrovich Nilus existió realmente y se cree que fue él, a instancias de los servicios secretos rusos, quien creó Los protocolos de los sabios de Sion.

Los protocolos de los sabios de Sion fueron publicados en 1905, en el mismo momento en que se desataron las graves revueltas revolucionarias en Rusia. Algunos historiadores hablan de que la conexión entre judíos y comunistas, que los protocolos denunciaban, favoreció el fracaso del golpe.

No hubo ninguna reunión en el cementerio de Praga; los judíos no son los creadores ni fundadores del comunismo o del capitalismo. Lo cierto es que en la mayoría de los casos han sido víctimas de ambos regímenes.

El sionismo fue una fuerza política, internacional y, en muchos casos, atea, que propició el regreso de los judíos a Israel.

Hércules Guzmán Fox, Alicia Mantorella y George Lincoln son los tres personajes que me han acompañado en estas aventuras que comenzaron en el año 2006. Después de seis libros, aventuras en tres continentes y la resolución de numerosos misterios, dejaré a mis personajes descansar en el paraíso de los protagonistas de las novelas terminadas. Allí vivirán para siempre, en la mente y en la imaginación de los que, al abrir sus páginas, revivan su historia.