Cancionero de obras de burlas provocantes a risa Arcipreste de Talavera

Mas, por quanto en los tienpos presentes más nos va el corazón en querer fazer mal e aver esperanza de penas —que con mal las ha honbre— que non fazer bien e esperar gloria e bien, que syn afán obrando bien la alcanzara; por quanto sería útile cosa e santa dar causa convyniente de remedio [a] aquellas [cosas] que más son causa de nuestro mal; e, como en los tienpos presentes nuestros pecados son moltiplicados de cada día más, e el mal bivir se continúa syn hemienda que veamos, so esperanza de piadoso perdón, non temiendo el justo juyzio; e como uno de los usados pecados eis el amor desordenado, e especialmente de las mugeres, por do se siguen discordias, omezillos, muertes, escándalos, guerras, e perdiciones de bienes, e aun perdición de las personas, e, mucho más peor, perdición de las tristes de las ánimas, por el abominable carnal pecado, con amor junto desordenado; en tanto e ha tanto decaymiento es ya el mundo venido, que el mo^o syn hedat, el viejo fuera de hedad, ya aman las mugeres locamente. Eso mesmo la niña ynfanta, que non es en reputación del mundo por la malycia que suple a su hedad, e la vieja que está ya fuera del mundo, digna de ser quemada biva; oy éstos y éstas entyenden en amor e, lo peor, que lo ponen por obra, en tanto que ya onbre vee que el mundo está de todo mal aparejado. Que solya onbre de XXV años apenas saber qué era amor, ni la muger de XX; mas agora non es para se dezir lo que onbre vee, que sería vergonzoso de contar. Por ende, bien paresce que la fyn del mundo ya se demuestra de ser breve…

Pero ¡ay!, unos destos disimulan el mal e ynfingen el byen con disymulados ábytos e condiciones, con palabras mansas e gestos sosegados, los ojos en tierra ynclinados como de honestidad, mirando de revés, de so capa; devotos e muy oradores, seguidores de yglesias, ganadores de perdones, concordadores de pazes, tratadores de todas obras de piedad, roedores de altares, las rodillas fincadas en tierra e las manos e los ojos al cielo, los pechos de rezio firiendo con muchos sospiros, lágrimas, e gemidos…

Desta materia fablar es muy abominable a nuestro Señor, en tanto que los ayres se corronpen de la sola fabla dellos; e los ángeles e santos e santas de parayso buelven su gesto syntiendo la palabra en la tierra dezirse dello…

Que la tierra e los cielos devían tremir e absolver a los tales en cuerpo e ánima como malvados brutos, animales de juyzio, seso, razón, e entendimiento carecientes, pécoras salvajes, de naturaleza fallecientes e contra natura usantes, contra natural apetito. ¡O diablos ynfernales! Non esperan los tales redinción, nin creen ser justicia nin juyzio executorio en nuestro Señor, que asy a ojos abyertos se van [a] poner en las byvas llamas del ynfierno.

Ved, señores, los que esto leés, que oystes, vistes, entendées, qué vos paresce cómo se acerca la fin del mundo, pues non es temido Dios nin su justicia, e la vergüenza toda es ya a las gentes perdida, tanto, que todo va a fuego; que ya non valen los castigos que fueron de Sodoma e Gomorra, e los ornes que a fuego por esta razón son muertos e de cada día por nuestros pecados mueren.

Demás te diré que, de la segunda materia de los que agora dixe, más dellos aborrecen las mugeres, escupen dellas, e algunos non comen cosa alguna [que] ellas aparejasen, nin vestirían ropa blanca que ellas xabonasen, nin dormirían en cama que ellas fiziesen. Sy les fablan de mugeres, ¡alça, Dios, tu yra!, que se dexan dezir e fazer de ficta onestad; e después andan tras los moyuelos, besándolos, falagándolos, dándoles joyuelas, dineros, cosyllas que a su hedad conviene. Asy se les ríe el ojo, mirándolos, como sy fuesen fenbras. Etc.

Non digo más desta corrupta materia e abominable pecado…

Otros destos ypróquitas desbarvados malos aprenden de broslar e fazer bolsyllas, caperuzas de aguja, coser e tajar e aderes^ar altares, encortinar capillas, enderes^ar un palacio, una cama, e una casa; e aun las mugeres quieren saber tocar e las mónicas afeytar, fazerles los cabellos ruvios; aguas para lavatorios ynfinidas saben fazer; todas las cosas ynfingen de fazer como muger, dexando su usar varonil. Ynfingen delicados, temerosos, e espantadisos e juradores como mugeres: «¡Jesús! ¡Santa Trenidad! ¡Ángeles! ¡Yuy! ¡Ay, avad, hermano! ¡Yuy, amigo! ¡Deo gracias!»