V

Extracto del diario del Doctor Bormental

Un cuaderno delgado, de formato corriente, redactado por el doctor Bormental. Las dos primeras páginas son cuidadas, letra clara y apretada. Luego, su caligrafía se vuelve más abierta y nerviosa, con numerosos manchones de tinta.

22 de diciembre de 1924. Lunes.

Perro de laboratorio de aproximadamente dos años de edad. Macho. Raza: bastardo. Nombre: Bola. Pelo corto, enmarañado, parduzco con manchas rojizas. Cola de color crema. En el flanco derecho, huellas de una quemadura totalmente cicatrizada. Alimentación antes de haber sido encontrado por el profesor: mala; después de una semana: estado completamente satisfactorio. Peso: 8 kgs. (signos de admiración). Corazón, pulmones, estómago, temperatura…

23 de diciembre.

A las 8 y 5 de la noche se realizó por primera vez en Europa una operación por el método del profesor Preobrajenski: ablación bajo anestesia por cloroformo de los testículos de Bola reemplazados por testículos humanos con órganos anexos y conductos seminales extirpados a un hombre de veintiocho años, muerto 4 horas y 4 minutos antes de la operación y conservados en una solución fisiológica estéril, según el método del prof. Preobrajenski.

Inmediatamente después, trepanación de la calota craneana y ablación de la hipófisis, reemplazada por la del individuo antes mencionado.

Para la operación se utilizaron: ocho cubos de cloroformo, una jeringa de alcanfor, dos jeringas de adrenalina.

Observaciones: La experiencia de Preobrajenski con trasplante combinado de la hipófisis y de los testículos tiene por objeto dilucidar la cuestión del injerto de la hipófisis y, a continuación, la de su influencia en el rejuvenecimiento del organismo en el hombre.

La operación ha sido realizada por el prof. F. F. Preobrajenski. Asistente: Dr. I. A. Bormental. Durante la noche que siguió a la operación: el pulso se debilitó varias veces en forma alarmante. Posibilidades de un desenlace mortal. Muy fuertes dosis de alcanfor según el método Preobrajenski.

24 de diciembre.Por la mañana, mejoría. Frecuencia de la respiración: duplicada. Temperatura: 42. Inyecciones subcutáneas de alcanfor y cafeína.

25 de diciembre. Nueva recaída. El pulso se percibe aún; enfriamiento de las extremidades; las pupilas no reaccionan. Adrenalina en el corazón, alcanfor según el método Preobrajenski, solución fisiológica por vía intravenosa.

26 de diciembre. Leve mejoría. Pulso 120, respiración 92, temperatura 41. Alcanfor, alimentación por vía rectal.

27 de diciembre. Pulso 152, respiración 50, temperatura 39,8. Las pupilas reaccionan. Alcanfor subcutáneo.

28 de diciembre. Sensible mejoría. A mediodía, sudación súbita y abundante. Heridas operatorias: sin complicaciones. Curaciones. Manifestación de apetito. Alimentación líquida.

29 de diciembre. Caída repentina del pelo en la frente y en los costados del tronco. Son llamados para consulta: el profesor Vasili Vasilievich Bundariev, titular de la cátedra de dermatología y el director del Instituto de Veterinaria de Moscú. Ninguna literatura anterior registró jamás un caso semejante. Diagnóstico reservado. Temperatura.

Anotaciones con lápiz.

Esta noche, primer ladrido (8h.15). Cambio notable del timbre de voz, tono más grave. En los ladridos «aou-aou» se distinguen las vocales «a-o» con una entonación que en cierto modo se asemeja a un gemido.

30 de diciembre. La caída del pelo adquiere el aspecto de una alopecia general. Al ser controlado el peso, se obtuvo un resultado inesperado —30 kilos—, atribuido al crecimiento (alargamiento) de los huesos. El perro continúa acostado.

31 de diciembre. Apetito colosal.

Una mancha de tinta en el cuaderno,

seguida por una caligrafía apresurada.

A las 12 h. 12 el perro ladró claramente A-b-y-r.

Aquí el cuaderno se interrumpe y más lejos se lee,

error cometido sin duda bajo el efecto de la emoción

1° de diciembre (tachado y corregido). 19 de enero de 1925. Esta mañana fue fotografiado. Encuentra placer en ladrar «Abyr» y repite la palabra con cierta alegría. A las 3 de la tarde (con letras grandes y destacadas) SE HA REIDO: Zina, la mucama, se desvaneció. Esta noche pronunció ocho veces seguidas la palabra «Abyr-valg», «Abyr».

Con lápiz, en caligrafía inclinada

El profesor descifró la palabra «Abyr-valg»: significa «Glavryba». Hay en esto algo de monstr…

2 de enero. Fue fotografiado con magnesio en el momento en que sonreía. Se levantó y se mantuvo con aplomo sobre sus patas posteriores durante media hora. Tiene casi mi estatura.

Hay una hoja intercalada en el cuaderno

La ciencia rusa estuvo a punto de experimentar una considerable pérdida.

Historia de la enfermedad del profesor F. F. Preobrajenski.

A la 1 y 13 minutos de la tarde, el profesor sufrió un síncope. Al caer se golpeó la cabeza con el travesaño de una silla. Temperatura.

En presencia de Zina y mía, el perro (si es que aún, puede llamárselo así) injurió groseramente al profesor Preobrajenski.

6 de enero (Escrito con lápiz, parte con tinta violeta).

Hoy, después que se le cayó la cola, pronunció muy claramente la palabra «cervecería».

El grabador graba.

Es una criatura del demonio.

* * *

Ya no sé qué pensar.

* * *

El profesor ya no recibe a nadie. Desde las cinco de la mañana, en la sala de curaciones ocupada por esta criatura, sólo se oyen las groserías más soeces y la expresión «otra copita».

7 de enero. Pronuncia numerosas palabras: «Cochero». «No hay más lugar», «Diario de la tarde», «El paraíso de los niños» y todas las obscenidades que contiene el vocabulario ruso.

Su aspecto es extraño. Sólo le quedó pelo en la cabeza, la barbilla y el pecho. El resto del cuerpo es lampiño, cubierto por una piel fofa. En lo que concierne a los órganos genitales, es casi un hombre. El volumen del cráneo aumentó considerablemente. La frente es baja y huidiza.

* * *

Estoy enloqueciendo.

* * *

Filip Filipovich no se ha restablecido aún. Soy yo quien se ocupa de la mayoría de las observaciones (grabaciones y fotográficas).

* * *

Por la ciudad empezó a difundirse el rumor del experimento.

* * *

Consecuencias incalculables. Durante todo el día, el pasaje vecino estuvo transitado por mujeres viejas y por vagabundos. Todavía hay curiosos que esperan bajo las ventanas. Los diarios de la mañana publicaron una información insólita: «Las presuntas noticias acerca de la presencia de un Marciano en el Pasaje Obukhov son totalmente infundadas. Fueron propaladas por los comerciantes de la Sukharevka y serán severamente reprimidas». ¿Qué significa esta historia de marciano? Es una verdadera pesadilla.

* * *

Las exageraciones y los disparates prosiguen. Un vespertino publicó la noticia de que había nacido un niño que toca el violín. También publica una ilustración: un violín y mi fotografía con la leyenda «El profesor Preobrajenski, quien practicó una operación cesárea a la madre».

Es increíble… Dice una nueva palabra: Miliciano.

* * *

Al fin de cuentas, la historia del violín fue por culpa de Daría Petrovna; como en un tiempo estuvo enamorada de mí, había sacado mi foto del álbum de Filip Filipovich. Cuando hice salir a los periodistas de la casa, uno de ellos se deslizó en la cocina, etc.

* * *

¡Lo que acontece a la hora de las visitas es increíble! Hoy hubo ochenta y dos llamados de la campanilla. El teléfono está desconectado. Todas las mujeres sin hijos han perdido la cabeza: nos acosan…

* * *

Reunión del Comité del edificio, bajo la presidencia de Schwonder. ¿Para qué? Ellos mismos lo ignoran.

8 de enero. El diagnóstico ha sido confirmado ya avanzada la noche. Como verdadero hombre de ciencia, Filip Filipovich reconoció su error: el reemplazo de la hipófisis no provoca el rejuvenecimiento sino una hominización completa (subrayado tres veces). Su sorprendente, asombroso descubrimiento no queda por ello disminuido.

Por primera vez caminó en el departamento. En el corredor, se rio al mirar la ampolla eléctrica. Luego, acompañado por Filip Filipovich y por mí, estuvo en el consultorio. Ya se mantiene firme sobre sus patas (tachado) sobre sus piernas y parece un hombrecillo deforme.

En el consultorio se rio mucho. Su sonrisa es desagradable, como artificial. Se rascó la nuca, echó una mirada alrededor de él y capté una palabra nueva, pronunciada con claridad: «Burgués». Blasfemó. Blasfema metódicamente, sin detenerse y, manifiestamente, sin razón alguna. Sus groserías tienen un poco el carácter de grabaciones fonográficas: parecería que esta criatura hubiese escuchado alguna vez obscenidades, las habría almacenado inconscientemente en su cerebro y ahora las larga en serie. Pero después de todo, no soy psiquiatra. Esas obscenidades producen una impresión muy penosa a Filip Filipovich. Por momentos olvida su papel de observador frío y metódico de los nuevos fenómenos y parece perder la paciencia. Así, en un momento en que el otro profería groserías, exclamó nerviosamente:

—¡Basta!

Pero sin resultado.

Después del paseo en el consultorio, tuvimos que unir nuestros esfuerzos para hacer regresar a Bola a la sala de curaciones.

A raíz de esto, Filip Filipovich y yo hemos intercambiado opiniones. Debo confesar que por primera vez veía a este hombre inteligente al máximo y tan seguro de sí mismo, dominado por el desconcierto. Tarareando como de costumbre, preguntó. «¿Y ahora, qué vamos a hacer»?, y se contestó a sí mismo textualmente: El sastre, sí De Sevilla a Granada… El sastre, querido colega… Yo no entendía nada. Me explicó: «Hágame el favor, Iván Arnoldovich, de ir a comprarle ropa interior, un pantalón y una chaqueta».

9 de enero. Cada cinco minutos (como término medio) su vocabulario se enriquece con una palabra nueva y desde esta mañana forma frases. Se diría que esas frases, congeladas durante mucho tiempo en su conciencia, corren ahora que ha llegado el descongelamiento. Cada palabra nueva queda luego en uso. Desde anoche el grabador registró: «No empujen», «Patán». «Bájate del estribo», «Ya te voy a enseñar», «Reconocimiento de América», «Primus».

10 de enero. Lo hemos vestido. Aceptó de buen grado la camiseta; hasta se reía alegremente. Rehusó el calzoncillo, protestando con breves gritos roncos «A la cola, hijos de perra, a la cola». Ahora está vestido. Los calcetines le quedan un poco grandes.

(El cuaderno presenta aquí algunos dibujos esquemáticos, que verosímilmente representan las etapas de la transformación de la pata en pie humano).

La mitad posterior del esqueleto del pie se alarga. Los dedos se desarrollan. Uñas.

Enseñanza sistemática y reiterada del uso de los «toilettes». El servicio doméstico está consternado.

Pero hay que reconocer con justicia la capacidad de asimilación de la criatura. Todo marcha muy bien.

11 de enero. Se reconcilió totalmente con los pantalones. Pronunció una larga frase alegre: «Dame un cigarrillo y abotonaré mi bragueta».

En la cabeza, el pelo es suave y sedoso. Casi parece cabello. Pero las manchas rojizas en la parte superior persisten. Apetito colosal. Adora los arenques.

Esta tarde a las 5 se produjo un acontecimiento: por primera vez la criatura pronunció palabras que no eran independientes de los fenómenos ambientes, sino que se relacionaban con ellos. Cuando el profesor le dijo: «No arrojes las sobras al suelo», contestó inesperadamente: «Lárgate, miserable».

Filip Filipovich quedó estupefacto, pero dominándose le dijo:

—Si te atreves una vez más a hablar así, ya sea a mí o al doctor Bormental, te pesará.

Fotografié a Bola en ese preciso instante. Estoy seguro que había comprendido las palabras del profesor. Por su rostro se extendió una sombra de fastidio. Lanzó una mirada de reojo, malhumorado, pero se calmó.

¡Hurra! ¡Comprende!

12 de enero. Se pone las manos en los bolsillos. Ya no dice groserías. Silbó una cancioncilla. Mantiene una conversación.

No puedo evitar asentar algunas hipótesis. Al diablo con los problemas del rejuvenecimiento, al menos por ahora. Hay algo inconmensurablemente más importante: el asombroso experimento del profesor Preobrajenski reveló uno de los enigmas del cerebro humano. Ahora se conoce la función de la hipófisis: es lo que determina la fisonomía humana. Se puede decir que sus hormonas desempeñan un papel preeminente en el organismo: son las hormonas de la fisonomía externa. Un nuevo campo de acción se abre a la ciencia: un homúnculo ha sido creado sin recurrir a las retortas de Fausto. El escalpelo del cirujano ha dado vida a una nueva entidad humana. Profesor Preobrajenski ¡ es usted un creador! (Manchón de tinta).

Pero me estoy extraviando… Decía pues que mantiene una conversación. De acuerdo con mis suposiciones, las cosas ocurrieron así: el injerto de la hipófisis puso en marcha el centro de la palabra en el cerebro del perro y los vocablos fluyeron como un torrente. Creo que estamos frente a un cerebro vivificado, un cerebro cuyas posibilidades han sido liberadas y no a una creación íntegramente nueva. ¡Oh, admirable confirmación de la teoría de la evolución! ¡Oh, cadena sublime desde el perro hasta el químico Mendeleiev! Formulo también otra hipótesis: En el curso del período canino de su vida, Bola acumuló una cantidad de nociones. Todas las palabras con las cuales comenzó a expresarse son palabras de la calle, que había oído y grabado en su cerebro. Ahora, cuando camino por la calle, miro a sus excongéneres que cruzo con secreto terror. Sólo Dios sabe lo que pueden contener sus cerebros.

* * *

Bola leía. Leía (tres signos de admiración). Me lo hizo comprender el Glavryba: leía, pero comenzando por el final de las palabras. Y también sé donde se encuentra la razón de este extraño hecho: en el cruce de los nervios ópticos en el perro.

* * *

En Moscú ocurren cosas que rebalsan la capacidad del entendimiento. Siete comerciantes de la Sukharevka ya fueron detenidos por haber difundido el rumor de que la llegada de los bolcheviques anunciaba el fin del mundo. Daría Petrovna me lo dijo, y hasta me pronosticó la fecha exacta: el 28 de noviembre de 1929, día de San Esteban, mártir, la Tierra, chocará con el Eje celeste… Hasta hay pillos que organizan conferencias. Con esta hipófisis nos hemos metido en un buen lío; sólo tenemos un deseo: salir corriendo del departamento. A ruego de Filip Filipovich me instalé aquí y paso las noches en la sala de espera, con Bola. La sala de curaciones fue transformada en sala de espera. Schwonder tenía razón. El Comité del edificio continúa molestando. Ya no queda un solo vidrio de los armarios sano debido a los saltos de Bola. Nos hemos dado por vencidos.

* * *

Filip Filipovich observa una conducta extraña. Cuando le comuniqué mi hipótesis y mi esperanza de que Bola llegue a alcanzar un elevado desarrollo psíquico, se burló de mí y me contestó: «¿Lo cree?», con tono siniestro. ¿Me habré equivocado? ¿Tendría el viejo algo en mente? Mientras me ocupo de la historia clínica, él estudia los antecedentes del hombre cuya hipófisis hemos extraído.

* * *

(Hoja intercalada en el cuaderno).

Klim Grigorevich Tchugunkin, veintiocho años, soltero. Apolítico, simpatizante. Juzgado tres veces y sobreseído otras tantas: la primera por insuficiencia de pruebas; la segunda, por causa de sus orígenes sociales; la tercera condenado a quince años de trabajos forzados, con sobreseimiento. Robos. Profesión: ejecutante de balalaika en las posadas.

Estatura baja, conformación débil. Hígado dilatado (alcoholismo). Causa de la muerte: cuchillada en el corazón durante una riña en una cervecería (la Signal-Stop, cerca de la barrera Preobrajenski).

* * *

El viejo trabaja sin descanso estudiando la personalidad de Klim. No entiendo por qué. Rezongó algo por el hecho de que no se le había ocurrido examinar detenidamente el cadáver de Klim en el departamento anátomo-patológico. No comprendo lo que busca. ¿Qué importancia puede tener la persona a quien pertenecía la hipófisis?

17 de enero. Estos últimos días no hice anotaciones en el diario. Tenía gripe. Entretanto, Bola ha adquirido su aspecto definitivo.

a) Estructura corporal totalmente análoga a la de un hombre.

b) Peso: 50 kg, aproximadamente.

e) Estatura: baja.

d) Cabeza: pequeña.

e) Comenzó a fumar.

f) Ingiere alimentos humanos.

g) Se viste solo.

h) Se expresa con facilidad.

¡He ahí el trabajo de la hipófisis!, (manchón de tinta).

* * *

Termino aquí este diario. Estamos en presencia de un organismo nuevo: hay que estudiar todo desde el comienzo.

Documentos adjuntos: estenogramas de los discursos, grabaciones fonográficas, fotografías.

Firmado: El asistente del profesor F. F. Preobrajenski, Doctor Bormental.