NOTA DE LA AUTORA

ALGO QUE NO ESPERABAIS

Soy una persona un pelín cobarde para ciertas cosas. Bueno, quizá cobarde no sea la palabra. Más bien… angustias. Sor Angustias de la Cruz para más señas. Muchas veces vivo acongojada por ideas que me rondan la cabeza, por miedos e inseguridades que, como buena coqueta, me persiguen por el día y a veces hasta se disfrazan por la noche y se cuelan en sueños que podrían ser mucho más placenteros. («Oh, sí, Milo, sigue dándome el masaje…» ya sabéis)

El caso, que me pongo a escribir y me lío, es que tengo miedo a perder la capacidad de sorprender. Me gusta hacerlo, arrancar una sonrisa porque sí un día a mi marido con una nota totalmente absurda y delirante pegada a su tupper de la comida, un mensaje al móvil de mi padre o una nota de voz por whatsapp a alguien que sé que se reirá a la gana.

Con esto de escribir, pasa lo mismo. Temo como a la muerte el día en que todo lo que escriba se vuelva predecible. Hay cosas que por más que quieras enrevesar, siempre acaban viéndose venir, pero lo que me preocupa es no conseguir, jamás, en ningún giro, ningún diálogo, ningún capítulo, un latigazo de emoción en quien me lea.

¿Y a qué viene todo esto? Viene a que, hola, estoy aquí, y tengo una sorpresa para vosotras. Si eres una de las coquetas que aún no ha terminado las dos novelas del #UniversoSilvia, mejor deja de leer. ¡Pero vuelve algún día! ;P

A las que terminaron el libro y se emocionaron con los personajes, decirles que las comprendo muy bien cuando me cuentan en sus mensajes que no consiguen quitarse de la cabeza a Gabriel. A mí me pasa lo mismo. Y tanto ha sido así que, a pesar de que es una de esas cosas que no me gusta hacer… he sentido la necesidad de escribir un poco más. Sólo una pincelada. Un solo capítulo más, a modo de epílogo, para darnos la oportunidad de despedirnos bien de los personajes, de decirles adiós y, como ya dije en su día sobre Valeria y Víctor, dejarles en su intimidad, viviendo sus vidas. Pobres, con lo que han pasado lo merecen, ¿no estáis de acuerdo?

Pues eso, aquí está. Aquí está eso que me dije que no haría pero que no he podido evitar hacer. Espero que disfrutéis. Yo vuelvo al trabajo, a que mis dedos tecleen algo que, ojalá, pueda haceros sonreír el día de mañana.

Se os quiere,

Elísabet