CAPÍTULO 64

WISTY

—¿Qué queréis decir con lo de líder de la semana? —le pregunté a Janine.

Era una de las muchas preguntas que iba a hacer en los días siguientes. En ese momento, mientras Whit hablaba (o lo que fuera) con Celia, estaba intentando saber más sobre la vida en Garfunkel’s.

—Los adultos han demostrado sin lugar a dudas que el poder corrompe —dijo Janine, cuya voz sonaba como la de alguien que se presentara a unas elecciones que de verdad merecía ganar—. Pero es realmente necesario que haya una persona al cargo, una persona que tenga la última palabra, o todo acaba fuera de control. Así que tenemos un líder, aunque cambia cada semana. Esta es mi semana.

Sasha explicó:

—El próximo líder pasa un día de entrenamiento junto al líder anterior —se inclinó sobre la mesa de Janine—. Y en su último día, entrenará a la siguiente persona. Funciona bastante bien, en realidad. La semana del veintidós de septiembre fue increíble.

Janine puso los ojos en blanco.

—Te tocó a ti ser líder —le dije a Sasha—. Ya veo.

Él sonrió.

—Fue un momento glorioso para la revolución. Mi disposición sobre la voluntariedad de tirar de la cadena se comenta todavía en los círculos intelectuales.

Janine lo miró durante un segundo y luego se dirigió a mí.

—Tenemos mucha suerte de que Whit y tú estéis entre nosotros —dijo—. Necesitamos vuestras habilidades.

—¿Habilidades? ¿Como transformar gentuza en comadrejas? —repliqué.

—En cierto sentido, sí —dijo Janine, segura de sí misma—. Parece que sois mucho más poderosos que otros magos y brujas que hemos conocido.

—¿Hay otros? —pregunté, anonadada.

—Algo así. Pero me parece que estáis en una categoría totalmente distinta. Nada de encantamientos de fiesta infantil. Por supuesto —dijo sin hacer caso de mi mirada perpleja—, supongo que lo comprobaremos durante la incursión de mañana por la noche. Vamos a liberar a un grupo de chicos de la cárcel del Nuevo Orden.

Sacudí la cabeza.

—Lo siento, Janine. Ya se lo hemos contado a Sasha. Vamos a buscar a nuestros padres.

Janine me agarró repentinamente del brazo.

—Tenéis que ayudarnos, Wisty. Se trata del Reformatorio del Nuevo Orden, el mismo lugar al que os llevaron tras vuestro secuestro. En Freeland, lo conocemos como la cárcel del Overworld porque se trata de un lugar maldito. Sabes que la vida de esos chicos depende de vosotros, ¿verdad?

—Mira, he estado allí. Sé lo horrible que es. Pero tienes que comprender nuestras prioridades. Debemos encontrar a nuestros padres. Punto.

Janine todavía me sujetaba del brazo.

—Dices que lo conoces, pero no sabes lo horrible que es realmente el Overworld. No tienes ni idea —miró en dirección a Sasha—. Llévalos a ver a Michael Clancy.