CAPÍTULO 63
WHIT
¿Has perdido alguna vez a alguien cercano a ti? Entonces, puedes imaginar mis sentimientos. Amaba locamente a Celia. Verla arrancada de mi vida, una y otra vez, resultaba intolerable.
Le hice señas para que me acompañara tras una de las columnas cubiertas de espejos en busca de algo de intimidad. Traté de tomar sus manos, acomodándolas entre las mías.
—Por favor, regresa —le dije, mirándola a los ojos—. No soporto la idea de perderte de nuevo.
Ella asintió y me dirigió una de sus sonrisas.
—Eso pretendo, Whit. Estoy tan orgullosa… tan orgullosa de que estés vivo. De todo lo que echo de menos, tú eras lo que más añoraba. Dios mío, cómo te he echado en falta…
Entonces, Celia hizo algo increíble. Se puso muy cerca de mí, y luego más cerca todavía, hasta que ya no era capaz de verla. Solo podía sentirla, de una manera más íntima e intensa que nunca.
Nos fundimos. Realmente, éramos como una sola persona. Era calidez, era paz, era pura belleza. Yo era parte de Celia. Ella era parte de mí. Fue solo un momento, pero parecía como si el sentimiento fuera tan grande y poderoso como para durar toda una vida. Supe que nunca sería capaz de olvidar aquello. ¿Quién habría podido?
Al final, Celia se separó de mí. Me mandó un beso con un soplido y corrió hacia un portal cercano, se diría que en el departamento de zapatos para chicos, donde desapareció. Francamente, fue como si acabara de perder la mitad de mí mismo.
Remoloneé entre las botas y las zapatillas y me sequé las lágrimas. No me veía capaz de contar a los demás lo que acababa de suceder, ni siquiera a Wisty. Era incapaz de describir lo que era ser uno con Celia… y de repente verla marcharse de nuevo.