CAPÍTULO 28
WHIT
—Vosotros dos —dijo la Matrona. Su enorme cuerpo llenaba todo el marco de la puerta—. Venid conmigo, parásitos. Ya va siendo hora de que aprendáis a conseguir comida y agua.
Llevaba en sus macizas manos dos cubos destartalados, que arrojó hacia nosotros. Puede que fuera solo mi intuición, pero todo esto no empezaba con muy buena pinta. Sin embargo, habría hecho cualquier cosa por conseguir un trago de agua. La cadena del retrete no funcionaba, y el agua que había dentro del inodoro no era exactamente ¿cómo lo diría yo?, potable.
Agarramos un cubo cada uno y seguimos los ruidosos pasos de la Matrona por el oscuro pasillo, mientras sus llaves tintineaban con cada uno de sus tambaleantes pasos. Tenía unos pies de salchicha increíblemente grandes embutidos en dos gruesos zapatos blancos.
Empecé a oír ruidos un poco más adelante… ruidos un tanto animales. Mis oídos se llenaron de gruñidos, rugidos y quejidos agudos.
—¿Qué es eso? —masculló Wisty—. ¿Qué va a pasar ahora?
La Matrona hizo una seña hacia el final del pasillo.
—Hay comida muy, muy, muy al fondo. Y agua. Usad los cubos —consultó su enorme reloj de correa metálica—. Tenéis cuatro minutos. Si no estáis de regreso para ese momento… —sus negros ojos brillaron, y su boca se deformó con la horrible imitación de una sonrisa—, entonces sabré que habéis pasado al otro lado. Violentamente.
Tras darnos la espalda, caminó de regreso hacia el mostrador de la enfermería, a unos cincuenta metros detrás de nosotros.
—Tened cuidado —gritó.
La palma de la mano con la que aferraba la delgada asa de metal del cubo estaba empapada de sudor. El pasillo frente al que nos encontrábamos se hallaba flanqueado a cada lado por animales… caninos… de algún tipo. ¿Perros rabiosos? ¿Lobos? ¿Hienas de pelaje negro? Animales hambrientos, enfadados, hostiles, encadenados a todo lo largo de las paredes del pasillo.
Debíamos encontrar la manera de pasar entre ellos (y luego volver) en cuatro minutos… pero solo si teníamos el capricho de conseguir comida y agua.
Solo si queríamos seguir vivos.