CAPÍTULO 14

WHIT

Seguramente me quedé dormido poco después de la visita del inútil de Swain. Me desperté en la celda, con lágrimas rodando por mis mejillas.

No es que sea un blandengue, aunque a veces me sale el lado sensible cuando veo películas románticas. Estaba llorando porque acababa de hablar con Celia. Era un sueño, creo que fue un sueño, pero me dio la impresión de que parecía tan real… No, era real. Recuerdo que abrazaba a Celia, la tenía apretada contra mi pecho, como si estuviéramos en la cita más desgarradora de todos los tiempos.

—Hola, Whit, te he echado de menos —dijo ella, como si fuera perfectamente normal volver a verla después de todos los meses que habían pasado tras su desaparición—. Estoy tratando de actuar como si nada, pero se me da bastante mal —dijo, con una dulce sonrisa—. Lo siento.

—Celia, ¿estás bien? ¿Qué te pasó? —dije de golpe. Mi corazón estaba latiendo como el bombo de una batería.

—Ya hablaremos de eso. Te lo prometo. Lo importante ahora es si tú estás bien y si está bien Wisty.

—Pues claro que sí. Ya me conoces, Celia, puedo con esto. Y Wisty es más dura que una piedra. Aunque está que echa chispas —me reí débilmente de mi propia broma—. Sin embargo, creo que nos está costando un poco comprender la situación.

Celia sonrió de nuevo, y yo casi no podía soportarlo. No tenía ni idea de lo mucho que había echado de menos hasta entonces su increíble sonrisa. Y estaba más guapa que nunca, si es que eso era posible. La piel suave, los largos rizos oscuros, los brillantes ojos azules que siempre me decían la verdad, aunque yo no quisiera oírla.

—Whit‚ tienes un aspecto estupendo para tratarse de alguien que ha sido secuestrado, golpeado y encarcelado ilegalmente —esbozó una sonrisa.

—Olvídate de lo que me pasa a mí. Quiero saberlo todo sobre ti. Celia, ¿qué está sucediendo? ¿Adónde fuiste?

Ella hizo una mueca de dolor, luego su cabeza se movió lentamente de lado a lado y las lágrimas se escaparon de sus ojos.

—Esa es una pregunta difícil. Ya sé que acabo de llegar, Whit, pero debo irme ya. Tenía que asegurarme de que estabais bien. Y Whit, me cuesta trabajo creer que te esté diciendo esto a ti, entre todas las personas, pero realmente tienes que mantenerte firme. Tú y Wisteria. De lo contrario, los dos moriréis.

Entonces Celia se esfumó. Yo estaba completamente despierto y había recibido un consejo acerca de lo que debía hacer a continuación.

«Mantenerme firme».