CAPÍTULO 97

WHIT

Supongo que suspendimos su examen. Pero no nos rendiremos, ni pensarlo. Eso no va a suceder.

El golpe que recibimos al caer al agua fue tal que nos podríamos haber ahogado de no haber entrado en ella en perfecta sintonía. Nos zambullimos sin levantar apenas espuma y nos deslizamos bajo la superficie. Pero debajo, el agua se arremolina y nos empuja hacia arriba desde el fondo del mar.

«¿Quién domina el agua? ¿Quién más?».

Una barrera de agua se está formando en torno al puerto, un tsunami como para acabar con todos los tsunamis, y nosotros estamos nadando justo en medio. Sube y sube más alto. Nunca he visto nada parecido. Creo que se podría decir que nadie lo ha hecho. A no ser que te tomes la Biblia al pie de la letra. «¿Deberíamos?».

Wisty y yo no podemos luchar contra la corriente. Llega un punto en que es inútil incluso seguir nadando. «Si no puedes vencerlo, únete a ello, ¿verdad?».

Y entonces nos imagino… sobre tablas de surf. ¡Y sucede de verdad!

—¿Has hecho esto tú? —chilla Wisty a lomos de la tabla.

—¡Sí! —grito—. Incluso si fracasamos y nos ahogamos, ¡va a merecer la pena!

Wisty me sonríe con una mueca de surfera loca cuando la ola empieza a caer, y nosotros con ella.