CAPÍTULO 78

WHIT

No sé dónde estoy exactamente, pero en cierto modo no me preocupa. Estoy con Celia, es lo único que importa en este momento.

—He tenido un sueño rarísimo contigo —le explico—. Estaba huyendo de un montón de perdidos cuando…

—Solo podemos estar juntos unos instantes —me interrumpe Celia—. No los desperdiciemos.

Apoya su cabeza contra mi pecho, y estoy seguro de que puede oír cómo late mi corazón. La he echado tanto de menos, tan dolorosamente, todo el rato. Pero hay algo raro: por algún motivo, se ha puesto demasiado de ese perfume suyo. Me refiero a que me gusta cómo huele, pero ahora mismo es tan intenso que tengo que contenerme para no estornudar y me pican los ojos.

—Te quiero —le susurro con urgencia—. Te he echado tanto de menos…

—Solo podemos estar juntos unos instantes —dice ella—. No los desperdiciemos.

«¿No es eso lo que había dicho antes?».

Pero qué más da. Nos abrazamos, y me da la sensación de que volvemos a fundirnos en un solo ser. Me gusta… es una sensación increíble. Su presencia y la mía fundiéndose en una, como dos nubes que se encuentran en un cielo de verano.

—¿Alguna vez te habías sentido tan bien? —le pregunto—. Yo no.

—Solo podemos estar juntos unos instantes —dice—. No los desperdiciemos.

«¿Qué…? Oye, espera un segundo, está pasando algo muy raro con su cara… ¿No es eso…? Oh, Dios… ¡Oh, no!».