CAPÍTULO 56

WISTY

Siniestro tiene una nueva acepción en el diccionario —me digo en alto a mí misma mientras exploro mi reciente morada. La Sala de Aislamiento donde me han metido es de verdad el gigantesco sótano, sin ventanas e intolerablemente húmedo, del Centro M.F.—. Comparado con este lugar, el Hospital Psiquiátrico Estatal General Bowen —una de las mazmorras de las que hemos escapado con anterioridad— es una floristería o un salón de té.

Estupendo. Cinco minutos a solas, y ya me estoy aburriendo de hablar conmigo misma.

No hay problema, sin embargo. Mi búnker gigante está a punto de llenarse con seis científicos, todos corazón, dispuestos a someterme a una serie de exámenes inanes. ¿Sabéis cuando el médico te da un golpecito en la rodilla, enciende su linterna en tu oído, te aprieta la lengua con el depresor, y todo para no encontrar nunca nada raro? Al principio, es algo así. Los matasanos parecen particularmente interesados en las pelusas de mi cabeza, que examinan con lentes de aumento.

—Una pena que se destruyera el original —le dice a otra «investigadora» una giganta a la que decido llamar Helga. Su compañera parece una esteticista de pueblo que estuvo a punto de suspender el módulo de peluquería. La bautizo Gigi.

—El informante nos ha proporcionado una pequeña muestra, pero se dice que el resto se ha perdido, o quizá permanece bajo custodia —dice Gigi.

¿En serio estoy escuchando que mi cabello se ha convertido en una especie de condenado Santo Grial?

Entonces, alguien empieza a tomar muestras de mi pelo (más bien, de mis rastrojos rojizos) con una clase de pinzas.

—¡Ay! —protesto, y trato de apartar su mano, pero mis muñecas están atrapadas por un ayudante de laboratorio de cara perruna al que llamo Hans.

Gigi, que parece ser la líder del grupo, da un paso atrás y se la ve intrigada, casi complacida, por mi reacción.

—¿Por qué no me arrancas la cabellera entera con cera, ya que te pones? —escupo con sarcasmo, y de inmediato me arrepiento.

Porque en ese momento comienzan las torturas de verdad.